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Amor online, Moda, Otoño, San Valentín
 

Ni el bikini ha sobrevivido a la operación, ni el yogurín al verano… pero

Siempre se puede volver a empezar… ¿verdad?

Y así entre las vacaciones y la vuelta al trabajo estoy tratando de reponerme psicológicamente, intentando asimilar todo lo que ha pasado en el último mes y medio y poder traducirlo en palabras para contároslo…. Porque otra cosa no, pero

surrealismo hay mucho suelto por ahí

aunque lo mejor de todo es que una cuenta con amigas que están ahí siempre que lo necesitas y te ayudan a reponerte con su apoyo incondicional…  




Así que ahí estábamos Marguerite, Blanche, Tiffany, Dorothy y yo sentadas alrededor mío mientras trataban de despegarme del sofá en el que me había instalado desde mi último desengaño amoroso con el yogurín, intentando convencerme de que lo mejor para “reponerme” de mi estado de “fracasada sentimental” era que me diese algo de aire fresco y, de paso, ir a cenar… Después de varios intentos, cansada ya de llorar y con los ojos de sapo que se le quedan a una después de haberse pasado llorando los últimos días – mezcla de la decepción sentimental y el trastorno hormonal que le provoca a una la regla – decidí aceptar su propuesta –no por salir, no, sino porque sabía que a insistentes no les gana nadie y que, de no hacerles caso, iba a tenerlas allí hasta que dijese que sí -. Conforme estaba pronunciando “venga, os hago caso”, ya tenía a Tiffany con las brochas preparada para maquillarme y taparme esas ojeras de oso panda y los ojos vidriosos de pez globo que me había ocasionado la llantina persistente tipo “manantial” que se había instalado en mi ser desde que lo del yogurín se acabase…

Y es que más que maquillaje, en ese momento lo que necesitaba era un doble que saliese a la calle por mí


Así que me dejé maquillar por Tiffany, peinar por Blanche y vestir por Marguerite, mientras Dorothy nos preparaba un cocktail para poder brindar antes de salir de casa por esa juerguecilla que nos íbamos a pegar esa misma noche…Y es que, como decían ellas,  




Así que ahí estábamos las cinco amigas preparadas para comernos la noche, dirigiéndonos hacia un restaurante para cenar algo, donde, nada más abrir la puerta y entrar, me encontré de frente con la realidad:

ahí estaba el yogurín sentado al lado de una chica comiéndose a besos y súper acaramelados…

Fue ahí, en ese preciso instante, cuando me dieron ganas de echar a correr y no parar…  




pero, siguiendo el consejo de mis amigas, decidimos cambiar de plan, dar media vuelta e ir a otro restaurante que -según ellas- acababan de abrir y estaba de moda… Y allí nos plantamos las cinco, mientras esperábamos a que nos diesen mesa, tomándonos unas cervecitas en la barra… que empezaron a hacer en mí ese efecto que sólo el alcohol te hace sentir… interesante y sexy

Y es que ese día el amor podía esperar, pero las cervezas no, ¡que se calentaban!

He de deciros que con el disgusto monumental que tenía se me había cerrado el estómago y no había comido nada más en todo el día…. Por lo que no me hizo falta beber mucho más para sentirme así…pero también sacó mi característica “risa floja” ….aggggggg  




Para celebrar que habíamos conseguido mesa, pedimos una botella de vino… sin ser conscientes de lo peligroso que es mezclar… Pero de eso me dí cuenta ya tarde, cuando sentí ganas de ir al baño y, al tratar de levantarme de la silla, empecé a notar un ligero movimiento modo barco en todo lo que había a mi alrededor… así que puse mi sonrisa, traté de poner la pose más natural que era capaz y empecé a caminar hacia el aseo, con la sensación de andar como si me encontrase dentro del Titanic en plena tormenta perfecta antes de hundirse… Una vez llegué me uní a la cola que había en el baño de chicas para entrar….

¿Alguien me puede explicar por qué siempre hay cola en el baño de chicas? ¿Y por qué tenemos la costumbre de entrar de dos en dos?

Y mientras espera a entrar, empecé a sentir nostalgia y a echar de menos al malo-malote (http://roseapelton.com/imposible-resistirse-a-los-chicos-malos-malotes/), así que, ni corta ni perezosa, saqué el móvil del bolso y le mandé un mensaje:

“Hoy es uno de esos días en los que me hace falta un abrazo tuyo…”

 
 


Con tanta tecnología y aún nadie ha inventado un teléfono tan inteligente como para que cuando vas con dos copas de más, sea capaz de decirte: “Los sentimos. Opción de llamar y de enviar mensajes bloqueadas hasta que se te bajen los efectos del alcohol”


Y ahí estaba yo, de pie en la cola del baño mirando a la pantallita de mi móvil mientras la pantalla me miraba a mí, esperando a recibir una respuesta, cuando me tocó el turno de entrar cuando me di cuenta que debía de salirse el agua y estaba todo el suelo inundado y sin un sitio donde colgar el bolso… así que, con el bolso colgado de mi hombro derecho, las patas de los pantalones remangadas (para que no tocasen el suelo), y los pantalones bajados, tuve que ponerme a hacer pis tratando de mantener el equilibrio por partida triple: el del bolso que se deslizaba del hombro, el de los pantalones que se me escurrían hacia el suelo y el mío personal… Cuando parecía que lo tenía todo bajo control, de golpe sonó el móvil indicando que tenía un mensaje de Whatsapp nuevo, pero en ese preciso momento se apagó la luz…  




Yo, que quería terminar rápido para poder leer el mensaje, intenté tantear las paredes en busca del papel higiénico, mientras hacía movimientos calculados milimétricamente para sostener los pantalones con una mano, el bolso en el aire y levantaba el otro brazo hacia arriba como si fuera la reina madre saludando a la multitud, tratando de que con el movimiento se encendiese de nuevo la luz… pero nada… ese sensor no me reconoció hasta que me incorporé, me recompuse y salí como pude de ese pantanal en el que se había convertido el baño… El mensaje que me había mandado el malo-malote era:

“Me encantaría poder darte ese abrazo… pero estoy fuera de viaje hasta dentro de una semana…. A la vuelta te aviso y te recompensaré como sólo tú lo mereces”

Y con un tremendo suspiro me dispuse a sentarme de nuevo en la mesa con mis amigas…. Del restaurante fuimos a un bar a tomarnos una copa… Ya contentas de más las cinco amigas, entramos como si fuésemos las protagonistas de “Sexo en Nueva York”, con ese glamour aparente que dos cervezas y una botella de vino te dan… Tiffany pidió unos gin tonics para todas mientras las demás empezamos a bailar al ritmo de la música….cuando, de repente, vemos que un chico se acerca a Marguerite y se le presenta diciéndole:

“Hola guapa, yo soy Arturo y acabo de enamorarme de ti… así que te agradecería que me dieras tu teléfono que tú y yo nos vamos a ver mucho a partir de ahora”


Al principio empezamos todas a reírnos a carcajadas, pero fuimos dejando de reírnos conforme vimos que la cara de Marguerite era también de “flechazo” por el chico….. Pero yo, fue escuchar eso y no pude contener las lágrimas… no sabía si reír o llorar… porque no hay cosa que te desmonte más que ver a otra persona en plan romántico con una amiga tuya, mientras tú estás con el corazón roto.

¿Os ha pasado alguna vez algo parecido? ¿Me podéis dar algún consejo para salir de este bache sentimental? ¿Qué hago si me llama el malo-malote de nuevo?

¡¡S.O.S.!! ¡Necesito vuestros consejos!!

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Deportes, Moda, Verano, Viajes
Pasear al perro formas de ligar

Estos días han sido de vértigo… Os cuento: Mi amiga Blanche se ha ido de viaje de trabajo por unos días y, como no tenía a nadie con quien dejar a su perrita el día que se fue, me pidió el favor de sacarla a pasear por las mañanas…, a mí, justo a la única amiga que le tiene un cierto respeto a los perros!! Agggggg….Y, como no supe cómo decir que no, porque eso siempre me ha costado horrores (¿os pasa también a vosotr@s?), ahí estaba yo, a las 7 de la mañana de un jueves llegando a la casa de mi amiga para sacar a pasear a su perrita – un bichón maltés pequeño que se llama Luna -. Como a las 9 de la mañana tenía una reunión muy importante con unos clientes y llegaría con el tiempo justo, decidí ir a pasear a Luna ya con el atuendo para la reunión – ¡total, para 10 minutos de paseo con el perro!, pensé -. Así que iba vestida con una faldita tubo negra, una blusa de seda bien planchada y unos taconazos tremendos que me había puesto para poder ir lo suficientemente glamurosa a la vez que profesional   😉  

Caminar tacones altos

En cuanto abrí la puerta de la casa de mi amiga Blanche, inmediatamente una bola de pelo blanca empezó a ladrarme y a subirse a mis piernas como si yo no hubiera un mañana… – no lo hubo para mis medias, desde luego, que se deshicieron en pedazos con las uñas de esa perrita- Aggggg…..Mi falda tuvo mejor suerte, porque pude quitar los miles de pelitos blancos que se pegaron en la tela…Así que, una vez que tiré las medias a la basura, cogí la correa de Luna, que iba llena de bolsitas atadas cual lazos -¡¡¡qué glamurosa es esta Blanche!!!, pensé – y se la puse todo lo mejor que pude, teniendo en cuenta que esa cosa tan pequeña y tan llena de pelo, no paraba de saltar ni de moverse….¡¡¡qué energía tenía ese bicho!!! (uyuyuy… perdón, ese bichón!!). Fue salir del ascensor y abrirse la puerta de la calle y la perrita empezó a correr y a tirar de la correa, de tal manera que se me escapó mientras una de mis uñas postizas salía disparada… -he de reconocer que tengo tendencia a morderme las uñas y eso de estético tiene bien poco… así que para la presentación de ese día a los clientes quería ir perfecta y,

como dice mi Querida Marian Keyes, las uñas largas son como los tacones altos para las manos…

Y mientras corría por la calle gritando, primero, “Luna, Luna… párate!!!” y conforme veía que esa perrita no se paraba “¡¡¡pedazo pichón haz de favor de parar ya!!!” Luna se paró en seco, apoyó su diminuto culito en la acera y ¡Oh, Dios Mío! ¡lo que salió por ahí!! No daba crédito, pero por fin entendí para qué eran todas esas bolsitas que tenía atadas en la correa… puajjjjj…. así que cogí unas cuantas y conforme me agaché oí el sonido de mi falda de tubo rasgándose por la parte trasera mientras mi cuerpo notaba una sensación de libertad como no lo había hecho desde que me había enfundado esa falda tan estrecha…😣  




Como no tenía tiempo para llorar ni lamentarme, decidí utilizar algunas de las bolsitas que sobraron para atármelas a la cintura y disimular la raja tan tremenda que se me había hecho en las costuras traseras de la falda, mientras me decía

“Rose, arriba ese ánimo que esto no te puede afectar para todo el día”…

Así continué calle arriba, sumida en mis pensamientos y con Luna ya paseando mucho más tranquila, cuando, de repente, uno de los tacones se quedó anclado a uno de los agujeritos de la acera como si se hubiese parado el mundo para él 👠  




En ese momento levanté la mirada al cielo, pidiéndole explicaciones al guionista de mi vida, y, conforme emitía un Arrggggg y bajaba la cabeza, vi a un chico desternillándose de risa mientras caminaba hacia mí…. Era un mucho más joven que yo, de cuerpo atlético, vestido con ropa de running fluorescente tipo http://roseapelton.com/running-deporte-alto-riesgo-para-encontrar-el-amor/, y sin anillo de casado 💍

otra cosa no, pero lo primero en que me fijo de un chico es en si lleva o no ese aro de metal que automáticamente genera la alerta en mí de “¡Rápido Rose! ¡huye! ¡Está casado!”



Cuando estaba ya a mi lado, con una sonrisa me preguntó “¿me permites ayudarte?” y suavemente, sacó el zapato del agujerito en el que se había metido con la tapa del tacón intacta… Yo, loca de contenta, no paraba de decirle “gracias, gracias” y él empezó a contarme que no había podido evitar partirse de risa porque me llevaba viendo desde la otra parte de la calle hacía un rato… Se me presentó y en ese preciso momento, mi mundo se paró… hasta que Luna empezó a ladrar y yo me dí cuenta de golpe que tenía que volver a dejar a la perrita a casa de Blanche y salir pitando a mi casa a cambiarme de falda si no quería llegar tarde al trabajo… Pero él insistió en acompañarme un trozo del camino mientras íbamos hablando y riendo… Y al aproximarnos al portal de mi casa, se despidió de mí, no sin antes decirme

Rose, creo que me gustas, ¿podemos quedar el sábado para comer y conocernos un poco más? Yo, boquiabierta como estaba, le dije que sí… y pensé: «Rose, comienza por hacerle caso a tu sonrisa …  Si no vas a por todo, ¿para qué vives?»


y de repente vi que tenía una de esas sonrisas que no sabes si te alegran la vida o te la desordenan…. Nos dimos los teléfonos y se marchó…

¿Creéis que me llamará? Y si no me llama, ¿debería llamarle yo? ¿Cuánto tiempo se supone que es el normal para que te llamen en estos casos?

¡¡S.O.S!! ¡¡Necesito vuestra ayuda!! Espero vuestros consejos…

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Deportes, Moda, Primavera

operación bikini

Después de estos días de atracones de chocolate y de varios de esos que, yo denomino, “superalimentos”

porque es comerlos y parece que te dan súper poderes (de repente pasas de un estado de apatía e inactividad a otro de querer comerte el mundo de la energía que tienes de golpe), pero también, conforme comes más y más, tu apariencia pasa a la de parecerse a la de un superhéroe, porque, como a ellos, empieza a apretarnos la ropa hasta sacar unos trozos de carne –que no músculo- cual morcillas ensartadas sin orden ni concierto alguno…

superhéroe súper poderes chocolate dulces

luchando contra alergias y la astenia primaveral, decidí coger de nuevo las riendas de mi vida y empezar ya con la operación bikini, consciente de que no me hace falta atiborrarme a chocolate, que ya soy yo suficientemente dulce, y que, aunque ir por la calle estos días es como asistir a un desfile de carnaval permanente


La primavera es un desfile de carnaval permanente: ves a gente con cuello vuelto, en tirantes, con botas de nieve…


cuando el calor hace acto de presencia, una no tiene más remedio que ponerse ligerita de ropa y enseñar algún trozo de este cuerpo de hueso ancho que me dio la naturaleza… porque

Si hago caso a la báscula, peso como una persona de 2´30 metros, así que tengo dos opciones: crecer o adelgazar…


Y, preguntando a un@s y a otr@, me aconsejaron que, antes de ir al gimnasio con mi amiga Tiffany, probase unas sesiones de “gimnasia pasiva”… Ainsss…¡¡Menudo nombre tan seductor para alguien que el único ejercicio que ha hecho en años es masticar y pensar..!!  


cintura agua gorda michelines verano

Así que, siguiendo el consejo de mi amiga Libby, decidí probar la electroestimulación!! Olé ahí!! Y allí me presenté en el sitio, donde me hicieron vestirme con un mono pegado al cuerpo que, más que una vigilante de la playa, me hacía sentir como una morsa de las lorcitas que se asomaban… Así que, tratando de respirar como podía, salí del vestuario para sentarme en una bici sin ruedas mientras me ponían electrodos por todo el cuerpo y me decían:


“Rose, tú pedalea como si no tuvieras nada de esto pegado al cuerpo… y cuando notes que las descargas son demasiado fuertes, avísame, ¿vale?”


La verdad que he de decir que el chico del gimnasio que estaba monitorizando mi cuerpo y me daba instrucciones, no estaba nada, pero que nada mal… Es más, juraría que ese cuerpo y esa cara la había visto en algún perfil de esos millones que se cruzaron por mi pantallita de móvil cuando estaba probando a buscar pareja a través de una App… Y en esos pensamientos estaba yo cuando, de repente, oigo a alguien gritar mi nombre por encima de la música: “Rose, que ya hemos empezado la clase”…

Así que empecé a mover las piernas como si no hubiera un mañana, como si me fuera la vida en ello… pero, conforme iba acelerando, empezaron a recorrerme por todo el cuerpo unos pinchacitos que, al cabo de diez minutos, se convirtieron en descargas en toda regla… y que, unido al cansancio que se iba acumulando en mi cuerpo, respirar profundo se estaba convirtiendo en una odisea…Eso y el miedo a morir electrocutada que me invadió conforme me di cuenta de que había empezado a sudar…

Pero mi “yo” presumida no paraba de decirme: “Rose, ni se te ocurra mostrarte débil delante de este monitor tan guapo… Tú aguanta hasta que termine la sesión… así que ¡nada de decirle que te baje la intensidad de esas cosas que tienes pegadas al cuerpo cual ventosas de pulpo!!” Y de esa forma aguanté los 30 minutos que duró el experimento… Me fui a duchar y cuando empecé a vestirme, ya comencé a notar los primeros efectos secundarios… porque agacharme para ponerme los calcetines se convirtió en toda una proeza… y más aguantar esa posición para colocarme las zapatillas de deporte… por no deciros el dolor que me recorrió cuando tuve que volver a enderezarme… Pero pensé “Rose, tienes que estar orgullosa de lo que has hecho, ¡¡seguro que has ejercitado músculos de tu cuerpo que estaban escondidos y que no sabías que existían por eso sientes ese dolor…!!”


agujetas músculos ejercicio cartón abejas africanas pinchazos

Con esos pensamientos, tratando de caminar lo más erguida posible – a pesar de que los pasos me salían en modo robot R2D2 – , me dirigí a casa a prepararme para una cita que tenía con un susodicho que había conocido en el trabajo… La cita fue de maravilla… hasta que el susodicho decidió acompañarme a casa y empezó a seducirme…pero fue a poner una mano en mis muslos y soltarle un

¡¡ni se te ocurra tocarme las piernas!! ¡¡por lo que más quieras!!


y, de la cara que le debí poner cogió rápidamente la indirecta de que no estaba mi cuerpo como para fiestas erótico-festivas y decidió marcharse… Así que di la noche por finalizada y me acosté para tratar de descansar… Y digo “tratar de descansar” porque intentarlo lo intenté ¡claro que lo hice! Pero no hubo forma:

fue poner los músculos en reposo y era como si una de esas fiebres tropicales se hubiese apoderado de mi cuerpo y me provocase latidos y hormigueo en todas sus partes, acompañado de una mezcla de calor y escalofríos insoportable…


Y así pasaron dos días más… cuando recibí una llamada de mi monitor recordándome que tenía otra vez sesión con él para lo de los electrodos… ¡un carajo –pensé – no vuelvo otra vez por allí..! Así que


muñeco vudú gimnasio por favor

que no vuelvo a perder una oportunidad de divertirme con un chico por no poder moverme por querer estar en forma… Eso de que el amor llame a mi puerta y yo con agujetas no puedo permitir que vuelva a pasar… ¿no creéis?

¿Debería volver a llamar a ese susodicho con el que se quedó el tema a medias y quedar de nuevo con él?

¿Os ha pasado alguna vez algo parecido de perder alguna oportunidad por tener agujetas y no poder moveros?

 ¿Hacéis algo para poneros en forma antes del verano?

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Amor online, Moda, Primavera


No sé si os pasa a vosotr@s pero a mí este año ha sido llegar la primavera y mis hormonas se han revolucionado a más no poder… Y ahí estoy, luchando contra los síntomas de la alergia, de la astenia primaveral y de la revolución hormonal que me hace ver hombres maravillosos donde no los hay… Y con esa revoltijo de síntomas, después de recoger todas vuestras votaciones y siguiendo vuestros consejos (http://roseapelton.com/imposible-resistirse-a-los-chicos-malos-malotes/), decidí tomar una decisión sobre el hombre con el que me iba a quedar… Y (redoble de tambor)
                                                 ¡¡decidí probar con el chico bueno!!

a ese que veía como futuro padre de mis hijos, que me iba a dar la estabilidad que necesitaba… ¡sí! Y en esta ocasión, tal y como me habíais sugerido, ser yo la que encendiese esa chispa que le faltaba al susodicho, tratando de hacer aparecer su parte picarona detrás de esa bondad infinita que le caracterizaba…


                             Así que me dije: “Rose, a tomar las riendas del erotismo en esta relación!! Que esto tiene que funcionar, ¡sí o sí!”  





Y decidí darle una oportunidad al Dios del amor con el chico bueno organizando una velada picarona un sábado con una buena cenita y unas esencias con aroma a chocolate para regalarnos unos masajes como postre… Para que no pasase lo mismo que  (http://roseapelton.com/querido-invierno-dejate-ya-de-bromitas/) le propuse que fuese él el que cocinase (así también sabría cómo era de hábil el futuro padre de mis hijos para la cocina). Quedamos sobre las ocho de la tarde en su casa y allí aparecí puntual como un reloj, preparada de arriba abajo, de dentro afuera…

Llamé al timbre de su puerta y, conforme abrió, me abalancé sobre él con la intención de darle un beso apasionado, de esos de película.. pero creo que él no se esperaba tal envestida de golpe y se pegó tal susto que echó para atrás la cabeza y se dio con el borde de una columna que tenía justo detrás…

Cuando se repuso del susto – y todavía con la mano en la cabeza (creo que le dolía)- me acerqué a él pero me echó para atrás con la excusa de que llevaba el delantal manchado y no quería que me manchase mi ropa… Así que una vez que pasé dentro, todo quedó en un escueto y virginal besito  de bienvenida…pero en la frente.. agggggg Ganas me dieron de decirle ya ahí:

 


Pasé a la cocina y comencé a abrir una botella de vino que había llevado para la ocasión, y, en el momento en que preparé dos copas y fui a llevársela al chico bueno, se la bebió de un trago antes de poder darme la oportunidad de brindar por nosotros y por ese nuevo giro que iba a tomar la relación… Ahí fue cuando pensé:

“Rose, está muy nervioso de verte en su casa… Dale tiempo y espacio…”

y decidí preparar la mesa y el dormitorio encendiendo velitas y esparciendo unos pétalos de rosa trazando el camino hacia la cama… Cuando salió para decirme que la cena la estaba preparada, ya parecía que tenía un aspecto más relajado, así que

subí un poco más el volumen de la música “sexy” que había llevado para la ocasión y me dispuse a acercarme a él bailándole al ritmo de una canción, moviendo mis caderas de tal forma que la campeona mundial de julajop se quedaba desbancada a mi lado…, con el fin de provocar en él ese apetito feroz de mí que yo tanto ansiaba…

Pero conforme me iba acercando a él con mis movimientos sensuales, su expresión iba tensándose y su cara empezaba a sudarle, la expresión de sus ojos y su boca abiertos como platos decían más “tierra trágame” que “Wowww… ¡¡qué cachondo me estoy poniendo!!”…

Y ahí, sin saber qué hacer ni hacia dónde moverse, se quedó inmóvil cual estatua de la libertad, con la copa de vino en la mano y el gorro de cocinero que se había plantado…

Así que, visto lo visto, decidí abortar la misión y, con una vergüenza que no me cabía dentro, correr un tupido velo, recomponerme de nuevo y ayudarle a sacar la cena…  




He de reconocer que todo estaba deliciosísimo… pero mi mente estaba en descubrir cómo creaba ese ambiente que le sacase su punto de tiburón dispuesto a comerse a su presa…: cada vez que le sacaba un tema “caliente” él de desmarcaba con otra cosa y cambiaba de tema…

Ganas me daban de decirle: ¿Cómo te voy a conquistar si sólo respondes con monosílabos…? ¡¡Colabora!!

Así que, cansada ya de intentarlo, me relajé hasta que, a la hora del postre, le propuse darnos un masaje de chocolate con el botecito que había comprado para la ocasión… El, caballeroso como siempre, me dijo que empezaría a darme ese masaje, que había hecho varios cursos y sabía cómo hacerlo para “activarme” –eso lo dijo con una voz picarona-. Me dio un beso apasionado y me ayudó a quitarme la ropa hasta dejarme tumbada boca abajo en la cama… Yo, esperando con una sonrisa que no me cabía en la cara, a recibir los preliminares de una noche loca de sexo…




Él, conforme abrió el bote y empezó a frotarme la espalda, comenzó a quejarse sobre si ese potingue iba a mancharle las sábanas y a saber si se iban a quitar las manchas… Así que cansada de escucharle, a mitad de masaje, me dí la vuelta para sorprenderle con la imagen de mi cuerpo desnudo y, fue apoyar mi espalda llena de chocolate de masaje en la cama, cuando pegó tal grito que Tarzán hubiese quedado como afónico a su lado ¡¡Cuidado!! ¡¡Que vas a poner todo perdido!! Así que agotada del día y cansada de no poder conseguir sacar de él la vena “piratilla”, decidí vestirme y decirle que creía que esto no iba a funcionar y que era mejor dejarlo ahí.. El asintió y me dejó ir… sin más… con el subtítulo de

“fueron felices por siempre… nadie dijo que los dos juntos”

Camino de mi casa, mientras iba recolocando mi orgullo y autoestima de mujer y me preguntaba cómo era capaz que ese hubiese sido el espermatozoide más rápido, mi parte valiente me dijo:


“Recuerda Rose, ¡¡rendirse no es una opción”!!

Así que decidí seguir probando mi vena de “piratilla picarona” y mandé un mensaje al malo – malote con la foto del tarro de chocolate para masaje y el texto ¿Te apetece probar algo dulce? Y al segundo tenía una respuesta suya:

“Ummmm… qué hambre de ti me acaba de entrar… Te espero en mi casa. No tardes mucho”

Y así fue cómo terminó ese fin de semana y los siguientes, con pasión y erotismo desenfrenado, gracias al malo-malote… disfrutando de la revolución hormonal que tenía mezcla fruto de la llegada de la primavera y de lo picante que se siente una cuando actúa sin inhibiciones creyéndose la diosa del erotismo…  




Pero el tarro de chocolate para masajes se acabó cuando, uno de los días siguientes a ese maravilloso fin de semana, fui a cenar con una amiga porque el malo-malote me había dicho que esa noche se encontraba mal y me lo encontré sentado en la barra charlando con una chica… Así que, ni corta ni perezosa, le envié un mensaje de WhatsApp diciéndole:  




Ahí la libido me dio de repente una doble voltereta lateral con salto mortal y desapareció… Y con ellas mis ganas de volver a verlo… A partir de ese día creo que ya no podré verlo como mi Dios del sexo particular, será un pirata más… pero ¡¡que me quiten lo bailao!! ¿no os parece?




¿Es normal esta revolución de hormonas que llevo dentro de mí esta primavera? ¿Es normal sentirse culpable por haberme liado con el malo-malote justo al terminar de romper con el chico buenazo pero soso? ¿Cómo darse una cuenta de si lo de la otra persona son manías, nervios o simplemente falta de atracción sexual? Espero vuestras sugerencias, consejos y respuestas!!!
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Deportes, Invierno, Moda

Tratando de reponerme del último desengaño amoroso (http://roseapelton.com/tarari-que-te-vi/), y teniendo en cuenta mi filosofía de que “Rendirse no es una opción”, decidí quedar a tomar café con mis amigas, Marguerite, Dorothy, Blanche, Deva y Tiffany, para ver qué camino tomar para salir de esta situación que no sabía si era flojera o paz interior…

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Invierno, Moda, San Valentín



Madre mía los cuentos de princesas el daño que han hecho en esto del amor, ¿no creéis?😣😣😣

Sin ir más lejos, ¿recordáis el caballero que me hizo el detalle ese del que os hablé en uno de mis posts (Esos detalles inesperados que te dejan sin habla, sin capacidad de reacción…) y que me tenía loca de contenta? Pues ahí se ha quedado todo de momento…😢😢😢

Y digo de momento porque yo todavía creo en que lo que pasaba en los cuentos de hadas que leía de pequeña, puede suceder en la realidad…😊

Y ahí me tenéis, con la esperanza de que ese hombre vuelva a sorprenderme con otro de esos detalles maravillosos que mi Rose romántica confía en que va a llegar pronto, y con la convicción de que durante todo este tiempo no ha mostrado más detalles porque está preparando “EL DETALLE” para San Valentín…- Sí, Rose, debe ser eso!!!!!! -💃💃💃💃💃

 

A punto de llegar San Valentín y aquí estoy, preparada con mi corona de princesa, esperando a que mi príncipe azul llegue

 

Que sí, que sí, estaréis conmigo en que los cuentos de princesas han hecho mucho daño a las mujeres de nuestra generación:

nos enseñaron a esperar la llegada de nuestro “príncipe azul”, ese atractivo y potentado caballero que nos iba a proteger y a querer como nunca nadie lo ha hecho jamás, y que con un simple beso, nos iba a hacer suyas…

 

A ver, a ver… que sé que estáis sonriendo en este preciso momento ¡soñadoras! 😉😉😉😉


Pues sí, esa idea es maravillosa porque nos lleva a soñar, pero en realidad, esos “príncipes azules” no suelen abundar  


treboles-de-cuatro-hojas  

Además, la vida no es un cuento de hadas:  

si se te escapa un zapato a medianoche es porque estás borracha o porque te has pegado un resbalón de Dios que te ampare…

 

Y nada de esperar a seguir corriendo como si no te hubieses dado cuenta de que te has quedado sin un zapato (y encima de tacón!!!)….😂😂😂😂😂😂



probarte-un-zapato

 


Hoy en día lo que se lleva es que seamos nosotras las que cortejemos al hombre, y eso no es tarea fácil porque la competencia entre las damiselas es feroz y, mientras comienza el cortejo, ese supuesto “príncipe azul” empieza a desteñir conforme te vas acercando a él al darte cuenta de que tú no eres la única damisela a la que sonríe y le hace carantoñas…

Eso por no contar la de veces que un supuesto príncipe azul, que luego ha resultado ser “pitufo”, te entra diciéndote:

 

Soy tu príncipe azul, pero voy de incógnito ahora, así que escucha el cuento que te voy a contar…

 

Porque otra cosa no, pero mira que ahí mi amiga Blanche suele tener la razón en esta materia… Siempre me está diciendo:

 

Rose, deja de creer en príncipes azules, que esos siempre vienen llenos de cuentos y van cambiando de color hasta llegar al verde fosforescente, momento en el que comienzas a volverte daltónica y momento en el que, medio cegata por el fosforescente del susodicho, seguro que pasa tu príncipe azul y no puedes ver que es azul… Aggggggggggg…..y requeteagggggg

 

¿No os ha pasado alguna vez que, conforme van pasando los días, ese príncipe apuesto va pasando a ser un chico con “encanto” para terminar en alguien que no tenía nada que ver con la idea inicial de detallista y caballeroso?

Y mira que he intentado de todo para conseguir encontrar a ese príncipe que se fjie en mí, hasta hacerme pasar por una damisela… pero esta búsqueda me tiene ya agotada….

Menos mal que ahí es cuando mi conciencia racional me recuerda que

 

para Rose Apelton “Rendirse no es una opción”


así que me he decidido por poner el siguiente anuncio:  


princesa-con-el-corazon-para-pocas



Aun así, ¿sigo siendo una ilusa por pensar que un día llegará a mí ese hombre que esté deseando cortejarme, enamorarme, porque sea yo la única mujer del mundo mundial con la que quiere pasar su vida hasta el fin de sus días?

Espero vuestras sugerencias, comentarios y experiencias!!!

4

Invierno, Moda



En invierno porque hace frío y en verano porque hace calor… sea como sea cualquier estación es buena para echar de menos eso de tener pareja…


¿Cómo llevas tú esto de que haga tanto frío y tengas que dormir sol@?


No sé si os pasa a vosotr@s pero …. Uffff… con esta ola siberiana que estamos sufriendo desde hace unos días,  no apetece para nada salir a la calle y, claro, tu mente sólo piensa en ¡Uyyyyy… Rose con lo bien que estarías acompañada de un hombre con el que poder acurrucarte en el sofá tapaditos con una manta y abrazados viendo una peli romántica…. ¿Suena de vicio, verdad?


Es entonces cuando mi Rose sensata aparece y me dice que esa escena dista mucho de la realidad, por lo menos, de mi realidad….


De hecho, la última vez que quedé con un chico, como estaba lloviendo a cántaros, decidimos organizar una cenita romántica en mi casa y una sesión de pelis… El plan era perfecto:


yo pensaba demostrarle mis dotes culinarias y me ofrecí a preparar una cena deliciosa…él sólo tenía que poner el postre y el vino…


Y todo iba sobre ruedas hasta que, mientras se asaba el pescado en el horno, me puse a hablar con mi amiga Blanche por teléfono, para compartir la alegría de tener una cita romántica en toda regla….

querido-invierno-2



Lo malo es que, con la emoción que llevaba encima, no noté que el pescado se empezaba a quemar hasta que la casa se empezó a llenar de humo…


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Y, ¡oh, Dios Mío! fue en ese momento cuando el chico llamó a la puerta y se topó con una espesa niebla que ni en Londres…  ¡Menos mal que él venía con un resfriado de aúpa y no notó el olor!


Así que entró en casa dándome un beso que duró menos de lo esperado, porque él, al tener la nariz taponada, sólo podía respirar por la boca, con lo que casi se me ahoga besándome…


Aun así, mi Rose optimista no paraba de repetirme:

¡Venga que estas pruebas van a hacer que, a partir de hoy, estéis más unidos!


Pese a que el pescado estaba incomible, él no paraba de repetir que estaba delicioso mientras le pegaba un buen trago a la copa de vino… Mi Rose romántica pensaba: ¿Ves, todo va de maravilla!! Y botella y media de vino después,  decidimos pasar directamente al sofá para ver la peli acurrucaditos, pero la foto de los dos era más cercana a una peli de miedo que a una peli romántica…


A él se le habían puesto los ojos rojos como platos, mezcla del resfriado que llevaba, mezcla del humo denso que seguía impregnando la casa… Así que no podía parar de llorar…


A mí, por mi parte, no paraban de cerrárseme los ojos y de dar cabezadas, mezcla del cansancio acumulado de toda la semana, mezcla del vino que me había pimplado en la cena…


Así que, visto lo visto, decidimos dar por terminada la velada y posponer la peli para otro día…


Y pasamos a la cama… ¡sí! –pensaréis- ahora viene ese momento mágico!!

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Cuántos momentos íntimos habrán roto un … Joder! Qué pies más fríos!!!!


Pues no, no hubo nada de nada… Él, conforme se acostó, se quedó dormido y empezó a roncar como si no hubiese un mañana (¡qué capacidad pulmonar tenía el susodicho!!)


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y yo, poco acostumbrada a que él se quedase a dormir, no paraba de dar vueltas en la cama… Viendo que la noche no daba para más, decidí “ponerme cómoda”: cambié el conjunto de lencería súper sexy que me había comprado para la ocasión, por mi pijama de franela de “pantalones cagones” (bien anchotes), a conjunto con mis calcetines gordos calentitos… Y así sí que pude conciliar el sueño…


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Una vez que empezó a entrar la luz en la habitación, decidí sorprenderlo con un buen desayuno “romántico”… Y vaya si lo sorprendí, porque cuando él se despertó y me vio en la cocina con mi pijama de franela,  los “ojos de panda” y esos rizos de loca  modo Bob Marley que llevaba (con la emoción ni se me había ocurrido mirarme al espejo), pegó un grito de susto, se vistió a toda prisa y se marchó como alma que lleva el diablo, lanzándome un beso desde la puerta y diciéndome –creo-: “Ya hablamos”…..

Y digo creo, porque esa mañana su resfriado se había agudizado y casi ni le salía la voz… así que debí de entenderlo mal… porque, de momento, no he recibido respuesta suya…  Y él siempre me ha dicho que lo nuestro fue amor a primera vista…. 🙂


Lo que sí está claro es que todas las mujeres merecemos un hombre que nos mire como la primera vez, aunque sea en pijama de franela, ¿no creéis?


¿Habéis tenido alguna situación de este tipo por querer tener un momento romántico con vuestra pareja?

¿Sois de la opinión de mi amiga Amelie, que dice que toda mujer debe levantarse siempre antes que el hombre para arreglarse y así siempre la vean espectacular?

Agradecería vuestros comentarios y sugerencias para poder ir aclarándome antes de que se acabe el invierno 😉

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