Después de estos días de atracones de chocolate y de varios de esos que, yo denomino, “superalimentos”
porque es comerlos y parece que te dan súper poderes (de repente pasas de un estado de apatía e inactividad a otro de querer comerte el mundo de la energía que tienes de golpe), pero también, conforme comes más y más, tu apariencia pasa a la de parecerse a la de un superhéroe, porque, como a ellos, empieza a apretarnos la ropa hasta sacar unos trozos de carne –que no músculo- cual morcillas ensartadas sin orden ni concierto alguno…
luchando contra alergias y la astenia primaveral, decidí coger de nuevo las riendas de mi vida y empezar ya con la operación bikini, consciente de que no me hace falta atiborrarme a chocolate, que ya soy yo suficientemente dulce, y que, aunque ir por la calle estos días es como asistir a un desfile de carnaval permanente
La primavera es un desfile de carnaval permanente: ves a gente con cuello vuelto, en tirantes, con botas de nieve…
cuando el calor hace acto de presencia, una no tiene más remedio que ponerse ligerita de ropa y enseñar algún trozo de este cuerpo de hueso ancho que me dio la naturaleza… porque
Si hago caso a la báscula, peso como una persona de 2´30 metros, así que tengo dos opciones: crecer o adelgazar…
Y, preguntando a un@s y a otr@, me aconsejaron que, antes de ir al gimnasio con mi amiga Tiffany, probase unas sesiones de “gimnasia pasiva”… Ainsss…¡¡Menudo nombre tan seductor para alguien que el único ejercicio que ha hecho en años es masticar y pensar..!!
Así que, siguiendo el consejo de mi amiga Libby, decidí probar la electroestimulación!! Olé ahí!! Y allí me presenté en el sitio, donde me hicieron vestirme con un mono pegado al cuerpo que, más que una vigilante de la playa, me hacía sentir como una morsa de las lorcitas que se asomaban… Así que, tratando de respirar como podía, salí del vestuario para sentarme en una bici sin ruedas mientras me ponían electrodos por todo el cuerpo y me decían:
“Rose, tú pedalea como si no tuvieras nada de esto pegado al cuerpo… y cuando notes que las descargas son demasiado fuertes, avísame, ¿vale?”
La verdad que he de decir que el chico del gimnasio que estaba monitorizando mi cuerpo y me daba instrucciones, no estaba nada, pero que nada mal… Es más, juraría que ese cuerpo y esa cara la había visto en algún perfil de esos millones que se cruzaron por mi pantallita de móvil cuando estaba probando a buscar pareja a través de una App… Y en esos pensamientos estaba yo cuando, de repente, oigo a alguien gritar mi nombre por encima de la música: “Rose, que ya hemos empezado la clase”…
Así que empecé a mover las piernas como si no hubiera un mañana, como si me fuera la vida en ello… pero, conforme iba acelerando, empezaron a recorrerme por todo el cuerpo unos pinchacitos que, al cabo de diez minutos, se convirtieron en descargas en toda regla… y que, unido al cansancio que se iba acumulando en mi cuerpo, respirar profundo se estaba convirtiendo en una odisea…Eso y el miedo a morir electrocutada que me invadió conforme me di cuenta de que había empezado a sudar…
Pero mi “yo” presumida no paraba de decirme: “Rose, ni se te ocurra mostrarte débil delante de este monitor tan guapo… Tú aguanta hasta que termine la sesión… así que ¡nada de decirle que te baje la intensidad de esas cosas que tienes pegadas al cuerpo cual ventosas de pulpo!!” Y de esa forma aguanté los 30 minutos que duró el experimento… Me fui a duchar y cuando empecé a vestirme, ya comencé a notar los primeros efectos secundarios… porque agacharme para ponerme los calcetines se convirtió en toda una proeza… y más aguantar esa posición para colocarme las zapatillas de deporte… por no deciros el dolor que me recorrió cuando tuve que volver a enderezarme… Pero pensé “Rose, tienes que estar orgullosa de lo que has hecho, ¡¡seguro que has ejercitado músculos de tu cuerpo que estaban escondidos y que no sabías que existían por eso sientes ese dolor…!!”
Con esos pensamientos, tratando de caminar lo más erguida posible – a pesar de que los pasos me salían en modo robot R2D2 – , me dirigí a casa a prepararme para una cita que tenía con un susodicho que había conocido en el trabajo… La cita fue de maravilla… hasta que el susodicho decidió acompañarme a casa y empezó a seducirme…pero fue a poner una mano en mis muslos y soltarle un
¡¡ni se te ocurra tocarme las piernas!! ¡¡por lo que más quieras!!
y, de la cara que le debí poner cogió rápidamente la indirecta de que no estaba mi cuerpo como para fiestas erótico-festivas y decidió marcharse… Así que di la noche por finalizada y me acosté para tratar de descansar… Y digo “tratar de descansar” porque intentarlo lo intenté ¡claro que lo hice! Pero no hubo forma:
fue poner los músculos en reposo y era como si una de esas fiebres tropicales se hubiese apoderado de mi cuerpo y me provocase latidos y hormigueo en todas sus partes, acompañado de una mezcla de calor y escalofríos insoportable…
Y así pasaron dos días más… cuando recibí una llamada de mi monitor recordándome que tenía otra vez sesión con él para lo de los electrodos… ¡un carajo –pensé – no vuelvo otra vez por allí..! Así que
que no vuelvo a perder una oportunidad de divertirme con un chico por no poder moverme por querer estar en forma… Eso de que el amor llame a mi puerta y yo con agujetas no puedo permitir que vuelva a pasar… ¿no creéis?
¿Debería volver a llamar a ese susodicho con el que se quedó el tema a medias y quedar de nuevo con él?
¿Os ha pasado alguna vez algo parecido de perder alguna oportunidad por tener agujetas y no poder moveros?
¿Hacéis algo para poneros en forma antes del verano?
Qué risa! Queda con él y cuéntanos más! Un abrazo!
Ja ja ja. Que divertida eres!!!. Pero como no le explicaste un poco lo que te pasaba?. Debe de estar asustadito perdido. Pero más vale tarde q nunca, llámalo y le explicas. Muchos besos y vivan las morcillas!!!
Hay Rose… eres un amor y a vueltas con tu cuerpo, que lo que cuenta de veras es como eres por dentro, debes tener miles de abejorros por ahí teniendo este maravilloso carácter bonita.
Me encantas!!! Y me sabe mal no seguirte continuamente.
Tú lo vales preciosa
Y porqué no?… intenta ponerte en contacto con el chico que quedo a medias:-) total el no ya lo tienes.
Un súper abrazo y encantada de leerte nuevamente.
Jajajaja!!!!! Me encanta Rose, siempre cuando llega este tiempo yo creo q a todas las q tenemos algún kilito de más se nos ponen los pelos de punta de pensar en la operación bikini y en la falda sin medias oscuras, empezamos dieta, nos apuntamos al gimnasio….., pero lo importante al final es quererse una misma y hacer lo que se pueda sin perder la vida en el intento, porque el que te quiere de verdad es el que te acepta tal y como eres. jajajajaja.
Rose, yo creo que fuiste muy valiente de probar el traje de tortura eléctrica. Pero, con una vez, basta. Si hubieras seguido el tema con el susodicho, lo habrías electrocutado, al pobre. Seguro que habrían saltado chispas! No era el momento, y quizás yo sí volvería a quedar, si realmente te gusta…
Respecto a la segunda cuestión, también estoy intentando que mi cuerpo no se convierta en el de una tortuga ninja! He empezado con juicing y demás… Me niego a tener que vivir en una alcantarilla.
Es verdad, Rose, a mí me parece muy buena idea esa que te han dado…por qué no practicas deporte al aire libre?? En ese caso, tendrías bastantes ventajas: se hace más liviano, es placentero y no tan duro y….quien sabe…a lo mejor conoces ahí al chico de tus sueños, no????
Mi Querida Lady in Red,
Tal y como he comentado a Vicenzo, hay determinadas actividades al aire libre que son podríamos considerar «deporte de alto riesgo para Rose Apelton», como os contaré más adelante… ¡no veas la que llegué a liar!
Voy a probar lo de dar paseos tranquilos, a ver si así el chico de mis sueños me ve pasar y se fija en mí con atención 😉
Un abrazo enorme Querida!!
El susodicho te podía haber dado un masaje para relajar esos músculos, qué poca imaginación tiene. El gimnasio sitio prohibido, vente a jugar al pádel, a pasear, o a darle a la bicicleta que el aire limpio y los paisajes revitalizan a pesar de las alergias y de los insectos que se empeñan en acompañarte en tu aventura. Operación bikini?, haz operación «visita a tus amigos», quizás la vida te sorprenda cuando menos te lo esperes, los tíos no buscan posters. El libro te enamora cuando lo has leído, no porque tenga una buena portada, o un lomo elegante.
Si es que llevo una rachita de dar con hombres con poca imaginación que no veas mi Querido Vicenzo!! Lo del pádel y la bicicleta, un día te contaré que también son «actividades prohibidas» para Rose Apelton…¡ni te imaginas la que lié! Así que lo centraremos en paseos tranquilitos, porque si no, cuando llegue el hombre de mi vida, voy a estar para pocas…jajajaja..
Un abrazo enorme Querido!!
Rose, hacía tiempo que no me reía tanto!!!!! Retoma lo que quieras con el susodicho: en cuanto te conozca a fondo no va a poder vivir sin ti. Los hombres siempre quieren estar con las divertidas y tú eres lo más!!!! Jajajajajajajajaja
Madre mía mi Querida Campanilla, no fue ese el caso del hombre que quiere estar con mujeres en plena operación bikini… Así que tuve que pasar página, tal y como te contaré más adelante, pero no desisto de quitarme estos kilitos de más con otro tipo de deporte en cuanto pasen estos calores!!;-)
Un abrazo enorme Querida!!