¿La edad es importante para esto del amor?

Después de http://roseapelton.com/sacar-a-pasear-al-perro-es-una-forma-de-ligar/ y siguiendo vuestros consejos que, por mayoría aplastante, me decían que tenía que llamarlo después de decirme:

“Rose, creo que me gustas, ¿podemos quedar el sábado para comer y conocernos un poco más?”


Decidí respirar hondo y llamarle…. El teléfono empezó a sonar y mi corazón a retumbar en mi pecho… pero nadie respondió al otro lado, así que colgué… con el deseo de que en cuanto viera mi llamada iba a contactar conmigo, pero nada ocurrió….😞 A la mañana siguiente, nada más levantarme, en cuanto miré la pantallita del móvil, ¿sabéis lo que tenía?

¡¡UN MENSAJE DE WHATSAPP SUYO!!

¡¡Sí, como lo estáis leyendo!!! ¡¡casi me da un paparajote cuando vi su nombre en la pantallita!! Pero pensé, ¡cuidado Rose, que sin gafas las letras se te mezclan y puede ser que no sea él!! Así que, respiré hondo, me coloqué las gafas y comprobé que, efectivamente, el mensaje era suyo y que me decía que había estado de cena de cumpleaños con unos amigos y no había podido atender mi llamada, pero que si seguía en pie lo de comer el sábado, pasaba a recogerme a la hora que yo le dijese…  

Wowwww….. y requetewowwww…..del subidón que me dio leer eso, empecé a saltar por toda la casa y a gritar ¡Olé ahí por ti Rose, eres una diosa de la seducción!! ¡¡has debido de causarle buena impresión a ese chico tan guapo y tan joven que quiere conocerte mejor!! Pero algo me paró de golpe… mi dedo meñique encontró, cual aspirador de esos que van por toda la casa solos, la pata del sofá…

Ese subidón de alegría y el golpe en el dedo del pie me vinieron genial para poder dejar pasar el  tiempo prudencial que, en todas las revistas aconsejan que tiene que transcurrir desde que una recibe un mensaje de un chico… así que, emocionada y con la libido por las nubes, me senté de nuevo en el sofá y puse el móvil en modo avión, para evitar dos cosas:

  • Una, que si en ese momento está conectado, no me vea en estado “escribiendo” durante horas… -he de reconocer que soy de las que escribe y borra… lee lo escrito, no me convence lo que he escrito y vuelvo a borrar…-
  • Y otra, para que no me dé un arrebato de esos y le escriba una respuesta demasiado entregada al amor, cuando apenas conozco al susodicho… de la que luego me arrepienta porque lo haya espantado –y con razón 😉😉
  •  
Y es que no sé si os pasa a vosotr@s, pero, como os comentaba en http://roseapelton.com/menos-mensajes-de-whatsapp-y-mas-visitas-inesperadas/, me cuesta horrores responder con un simple sí/no o con un icono…

Es ver un mensaje de alguien que me gusta y me entran unas ganas irrefrenables de teclear y teclear palabras… hasta que me lío y la lío….


Pero lo dicho, voy al grano -¿veis lo que me pasa con esto de escribir?… jajajaja- Después de mucho pensar qué le ponía, le respondí:

“Me parece una idea genial!! Así nos podemos conocer un poco más”


Y tras varios mensajes de ida y vuelta, dejamos todo organizado para el sábado. Y llegó el día… Después de que mis amigas me aconsejasen qué ponerme y de conseguir estar preparada a tiempo, bajé en cuanto me dijo que había llegado y, casi me da algo cuando vi que venía a recogerme en moto!! Y yo que me había puesto un vestido monísimo ajustadito pero informal y me había pasado las planchas por la melena para eliminar ese efecto encrespamiento constante que sufrimos las que tenemos el pelo rizado….  

Y él ahí, guapísimo remataó esperándome con un casco para mí en la mano mientras me sonreía con esa sonrisa de vértigo que suelen tener esos chicos guapos que, con su pose de “nunca he roto un plato”, hacen que te derritas sólo con mirarlos…. Me acerqué a él, nos dimos dos besos, me puse el casco, me remangué el vestido para subirme a la moto y le dije “Preparada”… Mientras íbamos camino del restaurante, aproveché para cogerme a su torso como si no hubiera un mañana –también porque con las plataformas que llevaban los zapatos, mis pies no iban muy estables que digamos-, y, conforme llegamos, fue parar la moto, bajarse él y cogerme por la cintura para ayudarme a bajar cual caballero andante….

Ay ay ay… ¡qué sensación esa cuando el chico que te gusta te coge por la cintura así de forma casual!!


Me ayudó a quitarme el casco y ufffff….. ¡cómo olía de bien!  

 


Porque hay algunos susodichos que son botes de perfume andantes y que, conforme se te acercan, de lo fuerte que huelen dan ganas de correr a ponerte una mascarilla anti-gas…


Nos sentamos en la terraza del restaurante y comenzamos a hablar mientras decidíamos qué pedir… La conversación fue transcurriendo como si nos conociéramos de toda la vida… todo iba genial… pero mi parte sensata no paraba de decirme “Rose, aunque todo vaya sobre ruedas, tú sé precavida, que mira la rachita que llevas…” Conseguimos hablar de nosotros, nos reímos muchísimo hasta que mi cara cambió cuando llegamos al tema de la edad y me dijo que tenía 26 años (¡¡15 años menos que yo!! Upssss). Ahí, aunque intenté disimular mi sorpresa, creo que él notó mi cara de asombro, más que nada porque mi boca se quedó petrificada en modo abierto, con un trozo de pan dentro… y no pude articular palabra… hasta que él hizo la pregunta:

¿Es la diferencia de edad un problema para tí para mantener una relación conmigo?

A lo que yo, automáticamente, le quise responder ¡¡no, no!!, pero el trozo de pan que tenía en la boca se me quedó a medio camino mientras trataba de tragar saliva y empecé a levantar los brazos y a llorar… él no sabía si esa era una reacción mía normal –después de lo que pasó en http://roseapelton.com/sacar-a-pasear-al-perro-es-una-forma-de-ligar/ –  o que me estaba atragantando de verdad… hasta que uno de los camareros me cogió por detrás, apretó mi abdomen y el trozo de pan salió disparado en rumbo perfecto hacia su ojo… ¡¡olé ahí que tino tienes Rose!! Agggggg  

Yo, rápida, salté para tratar de despegarle con cuidado ese trozo de pan de la camiseta y limpiarle el ojo… pero fue acercarme y, mi Rose enamoradiza empezó a jugar con mi libido y no pude evitar besarle… Y él me respondió… ¡qué bien besaba ese chico! – pensé-. Pedimos la cuenta, salimos del restaurante y decidimos ir a otro sitio a tomarnos una copa… En el camino me llevó cogida de la cintura -¡esa sensación es maravillosa!! Woww…- y, de poco en poco, paraba para besarme… Así que estuve probando sus besos toda la tarde… pero al volver a mi casa – decidimos ir con calma – mi parte racional empezó a repetirme incansablemente:


“Rose, ese chico puede ser genial, pero es 15 años menor que tú y quizás no sea tan maduro como lo que tú necesitas… Igual sólo eres un capricho para él y cuando se canse de ti te dejará…”


Y en esas estoy…pensando que ese chico está entre lo que quiero tener y lo que me da miedo tener, así que

¡¡necesito vuestro consejo!!

¿Qué hago? ¿Cometo una locura si sigo con él o la locura es no cometerla? ¿Sigo con él o corto por lo sano para evitar heridas emocionales futuras? ¿Es la diferencia de edad un problema?¿os ha pasado alguna vez algo parecido?

A vueltas con la operación bikini

operación bikini

Después de estos días de atracones de chocolate y de varios de esos que, yo denomino, “superalimentos”

porque es comerlos y parece que te dan súper poderes (de repente pasas de un estado de apatía e inactividad a otro de querer comerte el mundo de la energía que tienes de golpe), pero también, conforme comes más y más, tu apariencia pasa a la de parecerse a la de un superhéroe, porque, como a ellos, empieza a apretarnos la ropa hasta sacar unos trozos de carne –que no músculo- cual morcillas ensartadas sin orden ni concierto alguno…

superhéroe súper poderes chocolate dulces

luchando contra alergias y la astenia primaveral, decidí coger de nuevo las riendas de mi vida y empezar ya con la operación bikini, consciente de que no me hace falta atiborrarme a chocolate, que ya soy yo suficientemente dulce, y que, aunque ir por la calle estos días es como asistir a un desfile de carnaval permanente


La primavera es un desfile de carnaval permanente: ves a gente con cuello vuelto, en tirantes, con botas de nieve…


cuando el calor hace acto de presencia, una no tiene más remedio que ponerse ligerita de ropa y enseñar algún trozo de este cuerpo de hueso ancho que me dio la naturaleza… porque

Si hago caso a la báscula, peso como una persona de 2´30 metros, así que tengo dos opciones: crecer o adelgazar…


Y, preguntando a un@s y a otr@, me aconsejaron que, antes de ir al gimnasio con mi amiga Tiffany, probase unas sesiones de “gimnasia pasiva”… Ainsss…¡¡Menudo nombre tan seductor para alguien que el único ejercicio que ha hecho en años es masticar y pensar..!!  

cintura agua gorda michelines verano

Así que, siguiendo el consejo de mi amiga Libby, decidí probar la electroestimulación!! Olé ahí!! Y allí me presenté en el sitio, donde me hicieron vestirme con un mono pegado al cuerpo que, más que una vigilante de la playa, me hacía sentir como una morsa de las lorcitas que se asomaban… Así que, tratando de respirar como podía, salí del vestuario para sentarme en una bici sin ruedas mientras me ponían electrodos por todo el cuerpo y me decían:


“Rose, tú pedalea como si no tuvieras nada de esto pegado al cuerpo… y cuando notes que las descargas son demasiado fuertes, avísame, ¿vale?”


La verdad que he de decir que el chico del gimnasio que estaba monitorizando mi cuerpo y me daba instrucciones, no estaba nada, pero que nada mal… Es más, juraría que ese cuerpo y esa cara la había visto en algún perfil de esos millones que se cruzaron por mi pantallita de móvil cuando estaba probando a buscar pareja a través de una App… Y en esos pensamientos estaba yo cuando, de repente, oigo a alguien gritar mi nombre por encima de la música: “Rose, que ya hemos empezado la clase”…

Así que empecé a mover las piernas como si no hubiera un mañana, como si me fuera la vida en ello… pero, conforme iba acelerando, empezaron a recorrerme por todo el cuerpo unos pinchacitos que, al cabo de diez minutos, se convirtieron en descargas en toda regla… y que, unido al cansancio que se iba acumulando en mi cuerpo, respirar profundo se estaba convirtiendo en una odisea…Eso y el miedo a morir electrocutada que me invadió conforme me di cuenta de que había empezado a sudar…

Pero mi “yo” presumida no paraba de decirme: “Rose, ni se te ocurra mostrarte débil delante de este monitor tan guapo… Tú aguanta hasta que termine la sesión… así que ¡nada de decirle que te baje la intensidad de esas cosas que tienes pegadas al cuerpo cual ventosas de pulpo!!” Y de esa forma aguanté los 30 minutos que duró el experimento… Me fui a duchar y cuando empecé a vestirme, ya comencé a notar los primeros efectos secundarios… porque agacharme para ponerme los calcetines se convirtió en toda una proeza… y más aguantar esa posición para colocarme las zapatillas de deporte… por no deciros el dolor que me recorrió cuando tuve que volver a enderezarme… Pero pensé “Rose, tienes que estar orgullosa de lo que has hecho, ¡¡seguro que has ejercitado músculos de tu cuerpo que estaban escondidos y que no sabías que existían por eso sientes ese dolor…!!”

agujetas músculos ejercicio cartón abejas africanas pinchazos

Con esos pensamientos, tratando de caminar lo más erguida posible – a pesar de que los pasos me salían en modo robot R2D2 – , me dirigí a casa a prepararme para una cita que tenía con un susodicho que había conocido en el trabajo… La cita fue de maravilla… hasta que el susodicho decidió acompañarme a casa y empezó a seducirme…pero fue a poner una mano en mis muslos y soltarle un

¡¡ni se te ocurra tocarme las piernas!! ¡¡por lo que más quieras!!


y, de la cara que le debí poner cogió rápidamente la indirecta de que no estaba mi cuerpo como para fiestas erótico-festivas y decidió marcharse… Así que di la noche por finalizada y me acosté para tratar de descansar… Y digo “tratar de descansar” porque intentarlo lo intenté ¡claro que lo hice! Pero no hubo forma:

fue poner los músculos en reposo y era como si una de esas fiebres tropicales se hubiese apoderado de mi cuerpo y me provocase latidos y hormigueo en todas sus partes, acompañado de una mezcla de calor y escalofríos insoportable…


Y así pasaron dos días más… cuando recibí una llamada de mi monitor recordándome que tenía otra vez sesión con él para lo de los electrodos… ¡un carajo –pensé – no vuelvo otra vez por allí..! Así que

muñeco vudú gimnasio por favor

que no vuelvo a perder una oportunidad de divertirme con un chico por no poder moverme por querer estar en forma… Eso de que el amor llame a mi puerta y yo con agujetas no puedo permitir que vuelva a pasar… ¿no creéis?

¿Debería volver a llamar a ese susodicho con el que se quedó el tema a medias y quedar de nuevo con él?

¿Os ha pasado alguna vez algo parecido de perder alguna oportunidad por tener agujetas y no poder moveros?

 ¿Hacéis algo para poneros en forma antes del verano?

La primavera la sangre altera…



No sé si os pasa a vosotr@s pero a mí este año ha sido llegar la primavera y mis hormonas se han revolucionado a más no poder… Y ahí estoy, luchando contra los síntomas de la alergia, de la astenia primaveral y de la revolución hormonal que me hace ver hombres maravillosos donde no los hay… Y con esa revoltijo de síntomas, después de recoger todas vuestras votaciones y siguiendo vuestros consejos (http://roseapelton.com/imposible-resistirse-a-los-chicos-malos-malotes/), decidí tomar una decisión sobre el hombre con el que me iba a quedar… Y (redoble de tambor)
                                                 ¡¡decidí probar con el chico bueno!!

a ese que veía como futuro padre de mis hijos, que me iba a dar la estabilidad que necesitaba… ¡sí! Y en esta ocasión, tal y como me habíais sugerido, ser yo la que encendiese esa chispa que le faltaba al susodicho, tratando de hacer aparecer su parte picarona detrás de esa bondad infinita que le caracterizaba…

                             Así que me dije: “Rose, a tomar las riendas del erotismo en esta relación!! Que esto tiene que funcionar, ¡sí o sí!”  


Y decidí darle una oportunidad al Dios del amor con el chico bueno organizando una velada picarona un sábado con una buena cenita y unas esencias con aroma a chocolate para regalarnos unos masajes como postre… Para que no pasase lo mismo que  (http://roseapelton.com/querido-invierno-dejate-ya-de-bromitas/) le propuse que fuese él el que cocinase (así también sabría cómo era de hábil el futuro padre de mis hijos para la cocina). Quedamos sobre las ocho de la tarde en su casa y allí aparecí puntual como un reloj, preparada de arriba abajo, de dentro afuera…

Llamé al timbre de su puerta y, conforme abrió, me abalancé sobre él con la intención de darle un beso apasionado, de esos de película.. pero creo que él no se esperaba tal envestida de golpe y se pegó tal susto que echó para atrás la cabeza y se dio con el borde de una columna que tenía justo detrás…

Cuando se repuso del susto – y todavía con la mano en la cabeza (creo que le dolía)- me acerqué a él pero me echó para atrás con la excusa de que llevaba el delantal manchado y no quería que me manchase mi ropa… Así que una vez que pasé dentro, todo quedó en un escueto y virginal besito  de bienvenida…pero en la frente.. agggggg Ganas me dieron de decirle ya ahí:

 

Pasé a la cocina y comencé a abrir una botella de vino que había llevado para la ocasión, y, en el momento en que preparé dos copas y fui a llevársela al chico bueno, se la bebió de un trago antes de poder darme la oportunidad de brindar por nosotros y por ese nuevo giro que iba a tomar la relación… Ahí fue cuando pensé:

“Rose, está muy nervioso de verte en su casa… Dale tiempo y espacio…”

y decidí preparar la mesa y el dormitorio encendiendo velitas y esparciendo unos pétalos de rosa trazando el camino hacia la cama… Cuando salió para decirme que la cena la estaba preparada, ya parecía que tenía un aspecto más relajado, así que

subí un poco más el volumen de la música “sexy” que había llevado para la ocasión y me dispuse a acercarme a él bailándole al ritmo de una canción, moviendo mis caderas de tal forma que la campeona mundial de julajop se quedaba desbancada a mi lado…, con el fin de provocar en él ese apetito feroz de mí que yo tanto ansiaba…

Pero conforme me iba acercando a él con mis movimientos sensuales, su expresión iba tensándose y su cara empezaba a sudarle, la expresión de sus ojos y su boca abiertos como platos decían más “tierra trágame” que “Wowww… ¡¡qué cachondo me estoy poniendo!!”…

Y ahí, sin saber qué hacer ni hacia dónde moverse, se quedó inmóvil cual estatua de la libertad, con la copa de vino en la mano y el gorro de cocinero que se había plantado…

Así que, visto lo visto, decidí abortar la misión y, con una vergüenza que no me cabía dentro, correr un tupido velo, recomponerme de nuevo y ayudarle a sacar la cena…  

He de reconocer que todo estaba deliciosísimo… pero mi mente estaba en descubrir cómo creaba ese ambiente que le sacase su punto de tiburón dispuesto a comerse a su presa…: cada vez que le sacaba un tema “caliente” él de desmarcaba con otra cosa y cambiaba de tema…

Ganas me daban de decirle: ¿Cómo te voy a conquistar si sólo respondes con monosílabos…? ¡¡Colabora!!

Así que, cansada ya de intentarlo, me relajé hasta que, a la hora del postre, le propuse darnos un masaje de chocolate con el botecito que había comprado para la ocasión… El, caballeroso como siempre, me dijo que empezaría a darme ese masaje, que había hecho varios cursos y sabía cómo hacerlo para “activarme” –eso lo dijo con una voz picarona-. Me dio un beso apasionado y me ayudó a quitarme la ropa hasta dejarme tumbada boca abajo en la cama… Yo, esperando con una sonrisa que no me cabía en la cara, a recibir los preliminares de una noche loca de sexo…

Él, conforme abrió el bote y empezó a frotarme la espalda, comenzó a quejarse sobre si ese potingue iba a mancharle las sábanas y a saber si se iban a quitar las manchas… Así que cansada de escucharle, a mitad de masaje, me dí la vuelta para sorprenderle con la imagen de mi cuerpo desnudo y, fue apoyar mi espalda llena de chocolate de masaje en la cama, cuando pegó tal grito que Tarzán hubiese quedado como afónico a su lado ¡¡Cuidado!! ¡¡Que vas a poner todo perdido!! Así que agotada del día y cansada de no poder conseguir sacar de él la vena “piratilla”, decidí vestirme y decirle que creía que esto no iba a funcionar y que era mejor dejarlo ahí.. El asintió y me dejó ir… sin más… con el subtítulo de

“fueron felices por siempre… nadie dijo que los dos juntos”

Camino de mi casa, mientras iba recolocando mi orgullo y autoestima de mujer y me preguntaba cómo era capaz que ese hubiese sido el espermatozoide más rápido, mi parte valiente me dijo:


“Recuerda Rose, ¡¡rendirse no es una opción”!!

Así que decidí seguir probando mi vena de “piratilla picarona” y mandé un mensaje al malo – malote con la foto del tarro de chocolate para masaje y el texto ¿Te apetece probar algo dulce? Y al segundo tenía una respuesta suya:

“Ummmm… qué hambre de ti me acaba de entrar… Te espero en mi casa. No tardes mucho”

Y así fue cómo terminó ese fin de semana y los siguientes, con pasión y erotismo desenfrenado, gracias al malo-malote… disfrutando de la revolución hormonal que tenía mezcla fruto de la llegada de la primavera y de lo picante que se siente una cuando actúa sin inhibiciones creyéndose la diosa del erotismo…  

Pero el tarro de chocolate para masajes se acabó cuando, uno de los días siguientes a ese maravilloso fin de semana, fui a cenar con una amiga porque el malo-malote me había dicho que esa noche se encontraba mal y me lo encontré sentado en la barra charlando con una chica… Así que, ni corta ni perezosa, le envié un mensaje de WhatsApp diciéndole:  

Ahí la libido me dio de repente una doble voltereta lateral con salto mortal y desapareció… Y con ellas mis ganas de volver a verlo… A partir de ese día creo que ya no podré verlo como mi Dios del sexo particular, será un pirata más… pero ¡¡que me quiten lo bailao!! ¿no os parece?

¿Es normal esta revolución de hormonas que llevo dentro de mí esta primavera? ¿Es normal sentirse culpable por haberme liado con el malo-malote justo al terminar de romper con el chico buenazo pero soso? ¿Cómo darse una cuenta de si lo de la otra persona son manías, nervios o simplemente falta de atracción sexual? Espero vuestras sugerencias, consejos y respuestas!!!

Especial San Valentín 2017 Parte II

parte-ii



Y pasó a recogerme y fue verlo, fue cruzarnos las miradas y pensar, uyuyuyuyuy Rose… que este hombre parece que realmente está interesado por ti, porque esas miraditas no son normales….😍💕😍


Y así estuvimos más de tres horas hablando, tomando café, sonriendo, y mirándonos… Y no paraba de decirme mientras se despedía “Hay que ver lo rápido que se me ha pasado el tiempo y lo bien que he estado contigo”

Ahí se sinceró como, creo, que nunca lo había hecho con una mujer. Me dijo que hacía dos meses que se había divorciado y que estaba reiniciando su vida y retomando los contactos interesantes…

¡sí, habéis oído bien!, ¡a mí, a Rose Apelton, me incluyó entre sus contactos interesantes! Wowwwwww


Cuando oí eso, mi Rose saltarina pegó un doble salto mortal invertido con voltereta lateral y empezó a bailar cual posesa gritando ¡lo sabía! ¡lo sabía! Wowwwww…. y requetewowwwwww💃💃💃💃

Esa noche me dejé llevar e, incumpliendo todos los consejos del mundo para solteras, le escribí un mensaje de WhatsApp en el que le decía que me había encantado verlo de nuevo y que yo también había disfrutado muchísimo…

Y dos minutos después, recibo como respuesta suya:

“Espero tener la oportunidad de repetir muy pronto. Besos”


No os exagero si os digo que esa noche no pegué ojo, mezcla de la emoción de saber que él quería volver a verme, mezcla de la incredulidad de que ese chico tan maravilloso me estuviese diciendo eso a mí, a Rose Apelton!!!

Así que yo, emocionada a más no poder, y con el fin de que no se enfriase la cosa – una oportunidad de estas no se le presenta a una todos los días – decido proponerle a la mañana siguiente volver a quedar… A lo que él me responde “No puedo porque salgo de viaje… pero a la semana que viene nos vemos seguro!! ¿te parece?”

Y dicho y hecho, el día que hacía justo una semana, recibo un mensaje de WhatsApp diciendo:

“Hola Rose!! Cómo estás?…. Yo llevo una semana a tope, pero si te apetece esta tarde, podemos vernos … Ya me dices ”


Y ahí es cuando tuve mi primera crisis de ansiedad… 😣 Os cuento: el día de antes, sábado, me dejé llevar por la fiesta y ese día que James me mandó el mensaje, ni mi cuerpo ni mi cabeza estaban para quedar con nadie… Además, desoyendo a las actrices de Hollywood y a sus secretos de belleza, la noche anterior había llegado tan cansada que ni me había molestado en desmaquillarme, así que todavía tenía lo que ahora llaman en los anuncios “ojos de panda”🐼 (¡manda narices el nombrecito!)

Así que, después de repetirme varias veces cual mantra (¿o fue una sola vez y con la resaca se produjo el eco dentro de mi cabeza??):

“Esto no me puede estar pasando a mí”

y tratar de calmarme para tomar el control de la situación, le respondí:

“Buenos días James! Me encantaría, pero hoy estoy con el virus del estómago (esa excusa y la del periodo siempre funciona, porque no admite preguntas… 😉 Si mañana me encuentro mejor, te aviso y quedamos, ¿ok? Un abrazo!


A lo que él me responde:

«Mañana no puedo, pero te aviso cuando tenga un hueco, ¡seguro!»


Ahí puse en acción el consejo de mi amiga Marguerite

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Y no tuve que esperar mucho, porque, dos días después me estaba diciendo


“Necesito verte, así que si quieres y puedes, paso por tu casa y tomamos café. ¿Cómo te viene?”


Ahí fue cuando me dio mi primer microinfarto, porque yo estaba de viaje esa semana, así que iba a tener que rechazar de nuevo su invitación… Aggggggg… ¡maldita sea!

Quería que la tierra me tragase, coger al guionista de mi vida del cuello y pedirle explicaciones de por qué me hacía esto a mí… Ainssssss

Lo bueno, yo regresaba al día siguiente, así que le dije “Podemos quedar mañana por la tarde… O si no, en una semana”

Y su respuesta no se hizo esperar ni un minuto: “👍Mañana por la tarde perfecto!”

Y así fue como volvimos a vernos y volví a estar tomando café sentada al lado del hombre con la sonrisa más atractiva y brillante del mundo…Yo, Rose Apelton,  una chica del montón!!!

Y ahí estuvimos cerca de cuatro horas disfrutando de la compañía y de la charla, y sin parar de decir “Rose, a tu lado se me pasa el tiempo volando”

Y yo, con ganas de gritar a los cuatro vientos: “Rose, le gustas!!” “Rose, menuda buena pareja hacéis; Wowwww” (mientras mi Rose saltarina bailaba loca de contenta)

Pero ahí creo que cometí el segundo error, que fue enviarle esa misma noche un mensaje agradeciéndole de nuevo el ratito tan genial que me había hecho pasar esa tarde… Y digo error, porque,

a partir de ese día, no tuve respuesta alguna por su parte, salvo un “Hablamos pronto”

Y no fue hasta pasados varios meses, el día antes de San Valentín, cuando recibo un mensaje suyo con una invitación a comer el día 14 de febrero…. Ahí fue cuando pensé que esto ya iba en serio, que se estaba tomando mucho interés en quedar conmigo, y más, un día tan señalado, así que me dije:

“Ya está Rose, ya lo has encontrado”…💘

Y ese día fue maravilloso… Lo pasamos genial… Incluso, esa misma noche, me envió un mensaje que decía: “Me lo he pasado muy bien…. Nos vemos pronto de nuevo”

que-el-mundo-se-pare

Y así fueron pasando los días, mientras conversábamos por WhatsApp de las cosas que nos iban pasando entre semana (conversaciones iniciadas por mí, he de reconocer)… Hasta que me vuelve a proponer quedar a comer, pero esta vez en su casa… Y yo no sabía dónde meterme de loca de contenta que estaba…

“Sí, a ti Rose, a ti… quiere volver a quedar contigo por enésima vez!!! ¡Está como loco por volver a verte, sí!!!


Y allí que me planté en su casa, con una botella de vino, recién depilada y con la mejor ropa interior que tenía, preparada para el aperitivo, la cena y el postre….para poder sellar esa relación maravillosa que llevaba creciendo entre nosotros desde hacía más de un año…

Pero, cuál fue mi sorpresa que, conforme empezamos a cenar, saca su teléfono móvil y me empieza a enseñar fotos de todos los ligues que ha tenido este tiempo que está divorciado… Y me dice que, dado que me considera una gran amiga (remarcando lo de “amiga”), necesita pedirme consejo sobre una chica de la que está perdidamente enamorado…😱😨


Ahí si no me morí del soponcio, estuve a punto…

ese-momento-en-el-que-de-golpe-y-sin-querer

Ese momento en el que, pese a sentirte así, tienes que seguir sonriendo como La Mona Lisa, porque te acabas de dar cuenta de que sólo te buscaba como “amiga” y que no tenía interés otro alguno en ti… Ese momento en el que gritas:

al-diablo-el-amor

Moraleja: después de esta experiencia, y vistas mis “dotes” para que los hombres se sinceren tanto conmigo y me vean como su “amiguísima”, he decidido que voy a empezar a trabajar como “coach sentimental”… así por lo menos podré sacarle partido a esos ratos que les dedico a los hombres sí señor!! 😊
                                                                                                                 ¿qué os parece?

Especial San Valentín 2017

parte-i

¿Cómo empezar? Quizás con una canción…. A ver, a ver…. ¡Sí, la tengo!

La canción que mejor describiría lo que me pasó con, llamémosle, James Melenas, es esa de Rihanna “Not really sure how to feel about this”… Vamos, lo que en lenguaje llano del nuestro viene a ser “pero ¿¿¿qué coño ha pasado????

Os cuento para poneros en antecedentes… A ver… Conocí a James mientras hacía un curso en una escuela de negocios a la que él también iba pero para hacer un máster (eso ya me indicó que se trataba de un tío listo como él solo podía ser…😎)

En el momento en que nos cruzamos en medio de un caos de gente que estaba intentando llegar a su aula, algo en mí ya se quedó pillada en su mirada y, sobre todo, en su sonrisa… -aquí he de reconocer que se me cae la baba al recordar ese momento-, porque

¿sabéis de esa sonrisa brillante y perfecta que es capaz de fulminarte y tiene el efecto de dejarte con la boca abierta, y que pese a que eres consciente de que estás en esa pose absurda, no te es posible moverte (ni cerrar la boca)?😮

Bien, pues así me quedé yo – como diría Jesulín de Ubrique, en dos palabras, IM-PRESIONADA-. Fue como si el mundo se parase y ese gentío desapareciese de golpe para no existir nada más que él y yo….  Ainssssss qué bonito!!!!!!!!!!😍😍😍

Pero ayayay…. que James, al parecer, contaba ya con bastante experiencia en esto del arte de la seducción y era perfecto conocedor de lo que estaba pasando – ¡cómo para no reconocer que una chica con la que se había cruzado se había quedado embobada mirándolo boquiabierta y petrificada…😂😂😂

Y ahí estaba yo, tratando de recobrar la compostura e intentando dar órdenes a mi boca para que se cerrase so pena de morir asfixiada… Y, tras unos segundos que me parecieron horas, al final lo conseguí, ¡vaya si lo conseguí!, pero fue cuando mi Rose picarona empezó a decir

“Mira cómo te ha sonreído, te está comiendo con la mirada”

lanzate

Entonces me cargué de valor y le dije: Hola, ¿cuándo te viene bien que quedemos a tomar un café? A lo que él me respondió: Dame tu número de teléfono y te llamo para quedar…

Teniendo en cuenta que estábamos en una escuela de negocios, lo apropiado era entregarle una tarjeta de visita,

pero a mí lo que me apetecía era anotarle con rotulador permanente cada una de las nueve cifras que tiene mi número de móvil en alguna parte de su cuerpo… y, si me dejaba, le escribía hasta el prefijo internacional!!! Olé ahí!!!💃💃💃

Y así se quedó todo… El semestre iba pasando, las Navidades iban llegando y esa llamada nunca llegaba… Nuestras miradas se cruzaban en los pasillos cuando coincidíamos en los descansos entre clase y clase, y lo único que conseguía era una sonrisa suya acompañada de un “¡Hola! ¿Qué tal estás?” Y poco más…

Al cabo del tiempo me enteré de que estaba casado por segunda vez (pero no llevaba anillo, porque en ese detalle es en el primero que me fijo… Y tampoco tenía huella de habérselo quitado recientemente… 😉)

Otra cosa no, pero principios y reglas para con los hombres casados tengo unas cuantas… y la primera es la que mi amiga Marguerite siempre me recuerda:

corre-rose-corre

(la segunda es: Rose,

pero-que-haces-que-no-estas-corriendo

Así que ahí tuve mi primer fiasco… Fue como si una bocanada de aire gélido me golpease la boca con un ¡Zas en toda regla! tan fuerte que me pareció hasta que el suelo empezaba a temblar, o, al menos, esos quería yo, que se abriese el suelo y me tragase en ese mismo momento…

Y así quedó la cosa…

Hasta que un año más tarde estaba con mis amigas paseando y lo veo caminando por la acera de enfrente… Sin casi darme cuenta, me ví gritando su nombre en medio de todo el tráfico, como si un espíritu guerrero me hubiese poseído, y, dad por hecho que me oyó – igual que el resto de transeúntes que pasaban por nuestro lado en ese momento y que se pararon a mi alrededor creyendo que me estaba dando un ataque…😨😨😨

Y se volvió… Y, como no, sonrió… Me reconoció y me sonrió y, aunque era de noche, sus dientes empezaron a brillar de nuevo y su mirada a echar fuego de ese que quema… 😌 y volví a recordar lo que había sentido la primera vez que le conocí….

Fue como si el tiempo se parase en ese preciso momento, para mí y también para mis amigas… que se quedaron boquiabiertas ante la maravillosa sonrisa que surgía de un hombre esculturalmente guapo y que, pensaban, se dirigía a cada una de ellas directamente… (ahí descubrí que ese debía ser el efecto que causaba normalmente en todas las mujeres)

Pues bien, cruzó la calle y, esta vez con mirada asombrada, me comentó que se había estado acordando de mí todos esos meses que no nos habíamos visto y que, justo esa mañana había estado a punto de llamarme….

!menuda casualidad más maravillosa!! –me dijo-

Y yo, si hubiese sido helado, directamente me habría convertido en una taza de chocolate hirviendo, en ebullición..

Y me envió un mensaje por WhatsApp proponiéndome día y hora para quedar…. ¡siiiii!!!!!

En esos casos, cuando un hombre te ha pedido quedar, sigo los consejos de mis amigas Blanche y Marguerite, que me dicen

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Y así hice… Y como no quería que notase mi interés por él bajo ningún concepto, se me pasó un poco más del tiempo estimado… porque ahí estaba Rose, la dura más dura de todas las mujeres… ¡sí señor!!!

Mientras tanto, pude cotillear su foto de perfil de WhatsApp (aparecía él solo con una camisa blanca y morenísimo perdido… y solo ¿os lo he dicho?), pude ver si tenía cuenta de Facebook

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Y le respondí… Y al segundo de recibir el mensaje, me llamó directamente… Y me dijo

“Solamente quería preguntarte si te apetece tomar ese café hoy en vez de alargarlo más…»

Y yo me quedé sin palabras…

De mi garganta sólo salían sonidos irreconocibles que me hacían parecer una gallina clueca… Y él me preguntó: “¿Te pasa algo? ¿Estás afónica?”…


Y yo sólo quería decirle que “Sí, que nos veíamos hoy…” Pero mi Rose tímida brotó a la superficie cual flor en primavera… y ahí estuvo, haciéndose de notar durante unos segundos que me parecieron horas… Hasta que, al final, la Rose más valiente que llevo dentro consiguió nokearla y hacer que le fluyera la voz… Y fue así como pudimos quedar a una hora… él pasaba a recogerme… (¡menudo caballero! -pensé 😉-)

Continuará….

Cómo? Otra vez San Valentín???



Como decía el otro día en un comentario nuestra amiga Blanche (Esos detalles inesperados que te dejan sin habla, sin capacidad de reacción…) se acerca el día de San Valentín, esa fecha tan temida para las solteras porque nos recuerda que no tenemos pareja con la que celebrar ese momento tan «supuestamente»especial y romántico…

Yo, hasta hace unos años, me deprimía bastante ver que llegaba ese día y que, por enésimo año, seguía sin pareja, sin nadie con quien poder disfrutarlo… Porque otra cosa no, pero

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Porque en mis 40 años de vida, su puntería ha dejado mucho que desear, aunque, he de decir, que a mí me lleva el corazón acribillado a flechazos… pero, a día de hoy, desconozco hacia dónde han ido a parar las otras flechas que, se supone, envió como supuestas parejas mías… aggggg…

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Os hablaré de lo que me pasó para hablar así de Cupido en el especial que estoy preparando para compartir con vosotras el día 14 de febrero, porque,


como siga así,  yo a este angelito del amor se lo voy a explicar bien explicadito la próxima vez que me lo cruce… ¡¡Sí señor!!


Pero, Rose, céntrate en lo que quieres contar hoy…. que te enciendes y pierdes el sentido….


Al grano:

Esa percepción de día súper romántico y especialmente diseñado para estar con tu pareja empezó a cambiar cuando comencé a darme cuenta de que la mayoría de hombres sienten ese día como una obligación, como si, tener que preparar una sorpresa, tener que ir a elegir un regalo, pensar en algo romántico…. supusiese contagiarse de una terrible enfermedad que les lleva hasta un estado de shock… y pensé,

Rose, mejor estar sola que al lado de un hombre que vive esos momentos cual pesadilla, con sudores fríos y mal humor… y debe ser que me lo tomé tan en serio que años después, sigo soltera y sin pareja para esta fecha otra vez…

O quizás es que ese hombre que viene a estar conmigo y quiere sorprenderme, aunque sea en San Valentín, ha cogido una rotonda y no acaba de salir de ella.


Y es que el 14 de febrero es un día o muy amado, o muy odiado… No hay términos medios….

Entre las excusas de los que se niegan a celebrarlo, hay chicos que piensan que es muy comercial… Hay otros que dicen: “El amor se demuestra todos los días…”… Y, lo que es peor, las chicas nos mimetizamos con ellos y acabamos cediendo en el intento de celebrarlo… usando sus mismas excusas…

Y digo yo “Qué más da que sea un día “comercial”?

Precisamente porque las tiendas y las páginas web se llenan de maravillosas ideas, es cuando los chicos deberían aprovechar para sorprendernos con uno de Esos detalles inesperados que te dejan sin habla, sin capacidad de reacción


Y sí, también estoy de acuerdo con esos que dicen que “El amor se demuestra todos los días”..

Y, pienso, pues también el 14 de febrero es uno de esos días; así que, fuera excusas y saca todas tus armas seductoras y románticas para decirle que todavía piensas en ella y le has dedicado parte de tu tiempo en preparar esa  demostración de amor especial…

Me encantaría saber de qué tienen miedos los hombres realmente cuando se trata de exhibir su romanticismo delante de su chica…


Y también me encantaría entender por qué las mujeres nos conformamos con seguir la corriente a los hombres cuando ponen este tipo de excusas para no hacernos regalos ni dedicarnos un detalle “especial” en un día señalado…

Así que todas aquellas que podáis celebrar San Valentín con vuestra pareja, os animo a hacerlo…

Y a aquellas que, como yo, no tengáis pareja con quien celebrarlo, aprovechad para pasar un día especial con vuestro grupo de amigas, que no se diga que no somos capaces de disfrutar de un día “comercialmente romántico”…

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Recordad que el día 14 de febrero habrá una publicación especial donde os contaré qué pasó con mi último flechazo fallido….


¿Os parece si compartimos fotos de esa celebración en la página de Rose Apelton de Facebook (@ByRoseApelton), de Instagram (@roseapelton) o de Twitter (@roseapelton), para demostrar al mundo que nosotras, sí sabemos disfrutar de esos días especiales?

Espero vuestros comentarios, sugerencias y fotos 😉😉😉

 

Querido invierno, déjate ya de bromitas…



En invierno porque hace frío y en verano porque hace calor… sea como sea cualquier estación es buena para echar de menos eso de tener pareja…


¿Cómo llevas tú esto de que haga tanto frío y tengas que dormir sol@?


No sé si os pasa a vosotr@s pero …. Uffff… con esta ola siberiana que estamos sufriendo desde hace unos días,  no apetece para nada salir a la calle y, claro, tu mente sólo piensa en ¡Uyyyyy… Rose con lo bien que estarías acompañada de un hombre con el que poder acurrucarte en el sofá tapaditos con una manta y abrazados viendo una peli romántica…. ¿Suena de vicio, verdad?


Es entonces cuando mi Rose sensata aparece y me dice que esa escena dista mucho de la realidad, por lo menos, de mi realidad….


De hecho, la última vez que quedé con un chico, como estaba lloviendo a cántaros, decidimos organizar una cenita romántica en mi casa y una sesión de pelis… El plan era perfecto:


yo pensaba demostrarle mis dotes culinarias y me ofrecí a preparar una cena deliciosa…él sólo tenía que poner el postre y el vino…


Y todo iba sobre ruedas hasta que, mientras se asaba el pescado en el horno, me puse a hablar con mi amiga Blanche por teléfono, para compartir la alegría de tener una cita romántica en toda regla….

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Lo malo es que, con la emoción que llevaba encima, no noté que el pescado se empezaba a quemar hasta que la casa se empezó a llenar de humo…

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Y, ¡oh, Dios Mío! fue en ese momento cuando el chico llamó a la puerta y se topó con una espesa niebla que ni en Londres…  ¡Menos mal que él venía con un resfriado de aúpa y no notó el olor!


Así que entró en casa dándome un beso que duró menos de lo esperado, porque él, al tener la nariz taponada, sólo podía respirar por la boca, con lo que casi se me ahoga besándome…


Aun así, mi Rose optimista no paraba de repetirme:

¡Venga que estas pruebas van a hacer que, a partir de hoy, estéis más unidos!


Pese a que el pescado estaba incomible, él no paraba de repetir que estaba delicioso mientras le pegaba un buen trago a la copa de vino… Mi Rose romántica pensaba: ¿Ves, todo va de maravilla!! Y botella y media de vino después,  decidimos pasar directamente al sofá para ver la peli acurrucaditos, pero la foto de los dos era más cercana a una peli de miedo que a una peli romántica…


A él se le habían puesto los ojos rojos como platos, mezcla del resfriado que llevaba, mezcla del humo denso que seguía impregnando la casa… Así que no podía parar de llorar…


A mí, por mi parte, no paraban de cerrárseme los ojos y de dar cabezadas, mezcla del cansancio acumulado de toda la semana, mezcla del vino que me había pimplado en la cena…


Así que, visto lo visto, decidimos dar por terminada la velada y posponer la peli para otro día…


Y pasamos a la cama… ¡sí! –pensaréis- ahora viene ese momento mágico!!

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Cuántos momentos íntimos habrán roto un … Joder! Qué pies más fríos!!!!


Pues no, no hubo nada de nada… Él, conforme se acostó, se quedó dormido y empezó a roncar como si no hubiese un mañana (¡qué capacidad pulmonar tenía el susodicho!!)

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y yo, poco acostumbrada a que él se quedase a dormir, no paraba de dar vueltas en la cama… Viendo que la noche no daba para más, decidí “ponerme cómoda”: cambié el conjunto de lencería súper sexy que me había comprado para la ocasión, por mi pijama de franela de “pantalones cagones” (bien anchotes), a conjunto con mis calcetines gordos calentitos… Y así sí que pude conciliar el sueño…

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Una vez que empezó a entrar la luz en la habitación, decidí sorprenderlo con un buen desayuno “romántico”… Y vaya si lo sorprendí, porque cuando él se despertó y me vio en la cocina con mi pijama de franela,  los “ojos de panda” y esos rizos de loca  modo Bob Marley que llevaba (con la emoción ni se me había ocurrido mirarme al espejo), pegó un grito de susto, se vistió a toda prisa y se marchó como alma que lleva el diablo, lanzándome un beso desde la puerta y diciéndome –creo-: “Ya hablamos”…..

Y digo creo, porque esa mañana su resfriado se había agudizado y casi ni le salía la voz… así que debí de entenderlo mal… porque, de momento, no he recibido respuesta suya…  Y él siempre me ha dicho que lo nuestro fue amor a primera vista…. 🙂


Lo que sí está claro es que todas las mujeres merecemos un hombre que nos mire como la primera vez, aunque sea en pijama de franela, ¿no creéis?


¿Habéis tenido alguna situación de este tipo por querer tener un momento romántico con vuestra pareja?

¿Sois de la opinión de mi amiga Amelie, que dice que toda mujer debe levantarse siempre antes que el hombre para arreglarse y así siempre la vean espectacular?

Agradecería vuestros comentarios y sugerencias para poder ir aclarándome antes de que se acabe el invierno 😉