“Rose, creo que me gustas, ¿podemos quedar el sábado para comer y conocernos un poco más?”
Decidí respirar hondo y llamarle…. El teléfono empezó a sonar y mi corazón a retumbar en mi pecho… pero nadie respondió al otro lado, así que colgué… con el deseo de que en cuanto viera mi llamada iba a contactar conmigo, pero nada ocurrió….😞 A la mañana siguiente, nada más levantarme, en cuanto miré la pantallita del móvil, ¿sabéis lo que tenía?
¡¡UN MENSAJE DE WHATSAPP SUYO!!
- Una, que si en ese momento está conectado, no me vea en estado “escribiendo” durante horas… -he de reconocer que soy de las que escribe y borra… lee lo escrito, no me convence lo que he escrito y vuelvo a borrar…-
- Y otra, para que no me dé un arrebato de esos y le escriba una respuesta demasiado entregada al amor, cuando apenas conozco al susodicho… de la que luego me arrepienta porque lo haya espantado –y con razón 😉😉
Es ver un mensaje de alguien que me gusta y me entran unas ganas irrefrenables de teclear y teclear palabras… hasta que me lío y la lío….
Pero lo dicho, voy al grano -¿veis lo que me pasa con esto de escribir?… jajajaja- Después de mucho pensar qué le ponía, le respondí:
“Me parece una idea genial!! Así nos podemos conocer un poco más”
Y tras varios mensajes de ida y vuelta, dejamos todo organizado para el sábado. Y llegó el día… Después de que mis amigas me aconsejasen qué ponerme y de conseguir estar preparada a tiempo, bajé en cuanto me dijo que había llegado y, casi me da algo cuando vi que venía a recogerme en moto!! Y yo que me había puesto un vestido monísimo ajustadito pero informal y me había pasado las planchas por la melena para eliminar ese efecto encrespamiento constante que sufrimos las que tenemos el pelo rizado….
Ay ay ay… ¡qué sensación esa cuando el chico que te gusta te coge por la cintura así de forma casual!!
Me ayudó a quitarme el casco y ufffff….. ¡cómo olía de bien!
Porque hay algunos susodichos que son botes de perfume andantes y que, conforme se te acercan, de lo fuerte que huelen dan ganas de correr a ponerte una mascarilla anti-gas…
Nos sentamos en la terraza del restaurante y comenzamos a hablar mientras decidíamos qué pedir… La conversación fue transcurriendo como si nos conociéramos de toda la vida… todo iba genial… pero mi parte sensata no paraba de decirme “Rose, aunque todo vaya sobre ruedas, tú sé precavida, que mira la rachita que llevas…” Conseguimos hablar de nosotros, nos reímos muchísimo hasta que mi cara cambió cuando llegamos al tema de la edad y me dijo que tenía 26 años (¡¡15 años menos que yo!! Upssss). Ahí, aunque intenté disimular mi sorpresa, creo que él notó mi cara de asombro, más que nada porque mi boca se quedó petrificada en modo abierto, con un trozo de pan dentro… y no pude articular palabra… hasta que él hizo la pregunta:
¿Es la diferencia de edad un problema para tí para mantener una relación conmigo?
A lo que yo, automáticamente, le quise responder ¡¡no, no!!, pero el trozo de pan que tenía en la boca se me quedó a medio camino mientras trataba de tragar saliva y empecé a levantar los brazos y a llorar… él no sabía si esa era una reacción mía normal –después de lo que pasó en http://roseapelton.com/sacar-a-pasear-al-perro-es-una-forma-de-ligar/ – o que me estaba atragantando de verdad… hasta que uno de los camareros me cogió por detrás, apretó mi abdomen y el trozo de pan salió disparado en rumbo perfecto hacia su ojo… ¡¡olé ahí que tino tienes Rose!! Agggggg
Yo, rápida, salté para tratar de despegarle con cuidado ese trozo de pan de la camiseta y limpiarle el ojo… pero fue acercarme y, mi Rose enamoradiza empezó a jugar con mi libido y no pude evitar besarle… Y él me respondió… ¡qué bien besaba ese chico! – pensé-. Pedimos la cuenta, salimos del restaurante y decidimos ir a otro sitio a tomarnos una copa… En el camino me llevó cogida de la cintura -¡esa sensación es maravillosa!! Woww…- y, de poco en poco, paraba para besarme… Así que estuve probando sus besos toda la tarde… pero al volver a mi casa – decidimos ir con calma – mi parte racional empezó a repetirme incansablemente:
“Rose, ese chico puede ser genial, pero es 15 años menor que tú y quizás no sea tan maduro como lo que tú necesitas… Igual sólo eres un capricho para él y cuando se canse de ti te dejará…”
Y en esas estoy…pensando que ese chico está entre lo que quiero tener y lo que me da miedo tener, así que
¡¡necesito vuestro consejo!!
¿Qué hago? ¿Cometo una locura si sigo con él o la locura es no cometerla? ¿Sigo con él o corto por lo sano para evitar heridas emocionales futuras? ¿Es la diferencia de edad un problema?¿os ha pasado alguna vez algo parecido?