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Historias de solteras

Odio que eso de los piropos se haya prohibido por ley aquí en España… aggggrrrr.. con lo que empodera que alguien te diga algo auténtico… es como si se mostrara patente en mí la necesidad de sentirse importante para alguien, aunque sea un desconocido… Aunque según mi abuelito, no hay que fiarse mucho de los halagos ni de los piropos, porque como él decía:

“Rose, recuerda que el hombre solo acaricia al caballo cuando quiere montarlo”.





Sea como sea, cada cual se engaña con la mentira que más le gusta, y, para mí, escuchar esos piropos que te sacan una sonrisa, saber que se han fijado en ti, no tiene precio.

Aun así, he de reconocer que, todavía a veces, me cuesta mucho aceptar que me digan algo bonito, sobre todo, si, estás en un momento de bajón de autoestima o tu diosa ha decidido tomarse unas vacaciones.

El otro día, sin ir más lejos, estaba yo en uno de esos momentos. Salía del dentista después de haber estado más de una hora con la boca abierta con esos cachivaches tipo abrebocas que te ponen para que puedan hurgarte allí en el fondo de tus muelas. Y lo había pasado francamente mal – todavía no conozco a nadie que pueda haber experimentado placer y disfrute mientras el dentista le mete esos aparatos en la boca -. Mal, no solo por las molestias de estar escuchando una mini sierra dentro de tu boca y saber que cualquier movimiento en falso, tu lengua va detrás. Sino mal porque, no sé si será manía de todos los dentistas, pero al mío le da por preguntarme cosas mientras está trabajando en mis muelas. Y yo, que soy una chica bien mandada – eso dice siempre mi madre -, acostumbro a responder cuando me preguntan, pero esta vez, mientras intentaba hacerlo, como tenía la boca ya dormida, no me di cuenta de que todavía estaba dentro el aparatito ese que aspira agua, así que intentando responder, casi me lo trago. Imagino que a los dentistas no se les ha ocurrido nunca pensar que cuando una está con el abrebocas ese, es imposible vocalizar y que las palabras salen, así como arrastradas, tipo como cuando te has cogido un pedo de esos graciosos… por no decir que esas palabras van acompañadas de una dispersión de babilla que fluye como si no hubiera un mañana, imposible de controlar.

Así salía yo del dentista, con la cara torcida, el labio caído, tratando de mantener la boca cerrada para que la saliva no saliese por la comisura de mis labios, cuando uno de los obreros que había en un edificio en construcción por el que pasaba me gritó:

“¿De qué pastelería te has escapado bizcochito? Me gustas más que levantarme tarde.”

Y mi mundo cambió por un momento… hasta que la sonrisa que me provocó apareció acompañada de un hilillo de saliva irrefrenable que hizo que el chico volviese rápidamente a sus quehaceres… Sí, ya sé que quizás no fuese el mejor momento de mi vida, pero ese chico me alegró el día con su ingenio, simplemente por dedicarme esas palabras y su atención. Y yo me sentí diosa por unos momentos…




Igual que me sentí poderosa cuando el último susodicho que se cruzó en mi vida empezó a ligar conmigo diciéndome:

“Rose, estás para entrar a vivir” (el chico se dedicaba al sector inmobiliario) “y yo estoy de rebajas: te doy dos besos por el precio de uno”.


Pero creo que no fue esa frase la que me cautivó, sino que mientras la pronunciaba, me estaba cogiendo por la cintura y acercando su cara a la mía. Era como si me estuviese deseando con los ojos. Y no veáis el calor que me entró solo de sentir esas manos en mi cintura… No sé a vosotras, pero para mí, agarrarte por la cintura es uno de los puntos de amarre con garantías de éxito… una de las mejores tomas de corriente que el otro puede tener conmigo (pero nunca se lo reconoceré a ellos 😉).




Por el contrario, hay otras ocasiones en las que lo he pasado mal cuando han tratado de ligar conmigo utilizando piropos o frasecillas frikis. Y es que, algunos susodichos son como esas pequeñas heriditas que te haces en los dedos, que no son mortales pero que fastidian que no veas… Y son insistentes, insistentes…

 (en España para que algo tenga entidad y se transmita seriedad, se necesita repetir la palabra dos veces… No es lo mismo decir que alguien es gilipollas, que decir que X es gilipollas, gilipollas…, ¿te has dado cuenta?).

De ese tipo de chicos, esos que van de sobrados y que se creen ser una de las 7 maravillas del mundo, todavía tengo grabadas a fuego varias frasecillas que no consigo olvidar. A saber: uno de ellos me dijo “Cada vez que te miro, mi pene se llena de amor… ¿Te estudio o te trabajo?” (puajjjjj…. será pedazo de guarro… ¿no creéis?). Otro de esos que andan por ahí sobradillos de autoestima, me preguntó si me gustaba el agua. Le dije que sí y le pregunté que por qué me hacía esa pregunta, a lo que me respondió que era para asegurarse que yo le gustaba en un 80% porque somos en ese porcentaje agua… (ese hiló fino, fino, filipino…). Y es que, en esto de los piropos, juega mucha importancia el sentido del humor del que hace el piropo y del que lo recibe, ¿no creéis?.




Sea como sea, todo eso ya está cambiando y ahora los chicos andan perdidos a la hora de dirigirse a nosotras y de hacernos halagos. Hilan tan fino que una ya no sabe interpretar qué es lo que significa que te digan que la mascarilla te sienta bien, ¿eso es buena o mala señal?

Por cierto, a esos que andan poniendo “Te amo” en las paredes de los baños públicos, os agradecería que pusieseis el nombre de la amada, que una lo lee toda ilusionada mientras hace sus necesidades sin saber si va por ella o no…

Mientras tanto, aquí sigo esperando tropezarme con ese hombre de mi vida que llegará en algún momento, para llamarlo destino o amor a primera vista, deseando que me diga “Tranquila, no muerdo” y yo de responderle “Pero tal vez yo sí”😉




¿Qué opináis vosotras de los piropos? ¿estáis a favor de los halagos y piropos o preferís que se abstengan? ¿Hay algún piropo o frase que os haya dejado una huella imborrable, para bien o para mal? ¿Os gustaría que os dijeran especialmente algún piropo?
 
4

San Valentín
Creo que este año he descubierto dónde está el problema con este Cupido que me ha tocado por destino que, de santo, debe de tener poco, y con el que he llegado a pensar en varias teorías. Os cuento:

Opción A.- Es trabajador de la empresa “San Valentín, SL”, que va a su puñetera bola porque, por el poco sueldo que le deben pagar, su nivel de motivación debe ser más bien escasito, con lo que se distrae con facilidad. De ahí que las flechas las lance a susodichos que pasaban por allí en ese momento, pero que no tenían que estar en mi vida.




Eso, o debe de ser miope y solo reconoce a los susodichos cuando se acercan demasiado a mi vida, momento en el que ya no tiene capacidad de reacción.




Opción B.- Es becario del departamento de I+D+i de “San Valentín, SL”, encargado de hacer pruebas hasta alcanzar el límite del producto que están testeando… O del departamento de creatividad, porque imaginación no le falta. De hecho, creo que el detalle del que carecen los susodichos que me envía lo hace para que yo le demuestre que, aún de la nada, es posible sacar sonrisas (claro está, a mi costa… agrrrr). Sea como fuere, creo que está conchabado con el guionista de mi vida y que, entre los dos, están escribiendo un guion conjunto digno de premio Óscar… Papeletas tienen en abundancia para ganarlo, ¡ya lo creo!




Opción C.- Está enamorado del hombre de mi vida y lo tiene distraído con sus jueguecillos para que no llegue a mí. Mientras tanto, a mí me va enviando todos los susodichos que encuentra en su camino para mantenerme entretenida y que no me queje a su jefe.




Opción D.- Tiene un humor ácido (británico lo llaman otros) y no para de provocar situaciones en mi vida cada vez más surrealistas que no logro a llegar a entender porque la trama va ganando en hiperrealismo.




Eso, o es que le encantan los jeroglíficos y yo no consigo descifrar ni uno… 




Sea como sea, aquí me tenéis otro año más sin poder celebrarlo con ese amor de mi vida que, sé, que me está buscando desesperadamente; otro año más comiendo bombones en forma de corazón como si no hubiera un mañana y otro año más acordándome de Cupido, de San Valentín y de sus familias respectivas y deseando que haya una reestructuración de plantilla y que me lo cambien por alguien más competente… O ¿quizás sea mejor que me quede como estoy ahora, por eso que dicen de que “Más vale malo conocido que bueno por conocer”?


¿Qué haríais vosotr@s: pedir cambio de Cupido o aguantar con el que me ha tocado? ¿Creéis que mis teorías son disparatadas y que se me está pegando el humor ácido de mi San Valentín?

2

Historias de solteras, Invierno, Navidad

Queridos Reyes Magos,

Me gustaría que hicieseis llegar esta carta a todos los hombres que andan buscando a la mujer de su vida, para ver si así empiezan a entendernos un poco más y conseguimos que este año triunfe de una vez por todas el amor en pareja. Ahí va:

 

Querido hombre que buscas a la mujer de tu vida,

No te imaginas lo importante que es hacer sonreír a esa mujer que te hace sentir especial: esos momentos de risas hacen que conectéis más y que hasta el amor sea más explosivo, ¡palabra de Rose Apelton!

Intenta ser cariñoso y romántico, pero en su justa medida, ya que, si te pasas de «pastelón», puedes provocar en ella subidas repentinas en sus niveles de azúcar que no pueda digerir. Si no sabes cómo hacerlo, simplemente pregúntale a ella o déjate fluir, pero no finjas ser lo que no eres por querer agradarla: ella te ha elegido a ti por ser así y, sabrás que es el amor de tu vida cuando podáis ser vosotros mismos sin que ninguno de los dos quiera cambiar al otro.




lo que no implica que no tengáis que adaptaros el uno al otro en determinadas ocasiones para poder compatibilizar su forma de ser con la tuya.

Ten en cuenta que los detalles nos encantan. De la misma forma que nos resulta importante saber que pensáis en nosotras, así que dedícale un ¡Buenos días!, un ¡Dulces sueños! o cualquier otra dedicatoria bonita y sincera. Sé que cuando recibes un mensaje de esa mujer especial, te encanta y sonríes, así que imagínate esa sensación multiplicada por tres y sabrás cómo se siente ella cada vez que recibe un detalle tuyo.

Sabrás que ella es la mujer de tu vida porque os sintáis a gusto a solas, conversando sin necesidad de estar rodeados de gente, mientras se os pasa el tiempo volando, y porque en la intimidad conectéis a la perfección, así que permítele y permítete ser natural, para que los complejos que podáis tener nos os bloqueen en esos maravillosos momentos de sexo explosivo y placentero.

Para tu información, a las mujeres nos encanta que nos abracen: aunque por fuera nos veáis como las mujeres más valientes y osadas del mundo, a veces guerreras, el simple hecho de poder sumergirnos entre vuestros brazos y permitirnos sentirnos débiles por un momento, no tiene precio, así que tenedlo en cuenta y permite a esa mujer que te hace sentir tan especial, refugiarse en uno de tus abrazos el tiempo que necesite y disfruta de esa sensación de sentirte un héroe para ella en ese instante.




No tengas vergüenza de cogerla de la mano mientras paseas con ella ni de demostrarle tus sentimientos en público. Siéntete orgulloso de tenerla a tu lado, y sé consciente de que tú la has elegido a ella, pero ella también te ha elegido a ti, así que deja atrás los miedos que puedas tener a compartir tu vida con la de ella – dure lo que dure -, y fluye, permítete sentir esa sensación tan maravillosa de estar con la mujer adecuada, con esa persona con la que puedes sentirte tranquilo, en paz, con la que puedes dejarte llevar tanto por vuestros besos que hasta los párpados se os cierren y deja que tu imaginación vuele… permítete sentir esa energía que fluye entre los dos en ese preciso instante, conscientes de que ese momento no se repetirá jamás… de que habrán otros si la relación avanza, sí, pero cada uno tendrá su magia propia. Y la disfrutaréis.

Ten por seguro que sabrás que ella es la mujer de tu vida y tú el hombre de su vida cuando os podáis comunicar con solo miraros. Pero el hecho de que os podáis comunicar con sólo una mirada no significa que podamos leeros la mente: podemos ser brujitas, sí, pero no somos adivinas, por lo que, si esa mujer que te hace sentir tan especial no te hace preguntas en modo «FBI» y, por el contrario, te deja libertad para que le cuentes lo que decidas en cada momento, no creas que es por falta de interés, ni porque ya lo sabe. Así que, aunque estés cansado o estresado por el trabajo, dedica el tiempo necesario para hablar con ella, para aclarar los malentendidos que puedan surgir y para disfrutar de haber encontrado a esa mujer tan especial en ese momento de tu vida. Será precisamente ahí, en esos instantes, cuando te des cuenta de lo agradecida que esa mujer puede llegar a ser y del bienestar que te causará también a ti ese detalle que has tenido con ella, y te hará olvidarte de ese día tan negro que puedas haber tenido ¡palabra de Rose Apelton!




Sabes que unas mujeres somos más enamoradizas que otras, pero aunque veas que esa mujer que te hace sentir especial está “pillada” por ti, quizás enamorada…, nunca, NUNCA, des por hecho que eso significa que la vas a tener en tu vida a tu lado incondicionalmente por siempre jamás…¡NO! Ten en cuenta que hoy está, pero que la falta de cariño, de mimos, de pasión, durante largos periodos de tiempo, puede provocar que esa magia desaparezca sin apenas darte cuenta… Sobre todo, si permites que ese pánico que puedas tener al compromiso haga que tardes mucho en decidirte a estar con ella, a mantener una relación más en exclusiva.

Si esa mujer es de las mías, no tendrá miedo a decirte que quiere apostar por ti, si está convencida, si siente que puedes ser tú esa persona especial que anda buscando. Te dirá que quiere una relación formal, aunque le dé pánico pensar en lo que pueda depararos el futuro, se lanzará a la aventura de descubrirte y de que la descubras…simplemente porque se dejará llevar por lo que siente en ese momento, así que sé sincero en todo momento con ella y no le hagas lo que no te gustaría que te hiciera a ti.





De la misma forma, si al final consigues “atrapar” su corazón, no te relajes. El hecho de que en un momento de su vida decidiese apostar por ti, no significa que ya vaya a estar a tu lado por los siglos de los siglos… Ella es humana e, igual que tú, necesita nutrirse de ternura, amor, cariño, pasión, detalles y, sobre todo de risas, de muchos momentos de risas contigo… Cuenta con que todo eso ella te lo dará si es la persona adecuada para estar contigo, porque las mujeres somos más dadas a expresar nuestros sentimientos, así que, si algún día lo vuestro continúa bonito y decides comprometerte con ella, te recomiendo que en tu pack nunca falte eso y que se lo dediques día a día, simplemente porque quieres, porque te sale así hacerlo, desde lo más interno de tu corazón.




Y, por último, no permitas que se instale la rutina en vuestra relación: juega, imagina, idea cosas con ella o para sorprenderla a ella, haz que cada día sea un reto lleno de maravillosas aventuras y haz que la vida, que tu vida, sea más divertida a su lado.

Un afectuoso abrazo de tu Querida Amiga,

Rose Apelton

PD. Sus Majestades, para mi simplemente:




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Invierno, Moda, San Valentín



Madre mía los cuentos de princesas el daño que han hecho en esto del amor, ¿no creéis?😣😣😣

Sin ir más lejos, ¿recordáis el caballero que me hizo el detalle ese del que os hablé en uno de mis posts (Esos detalles inesperados que te dejan sin habla, sin capacidad de reacción…) y que me tenía loca de contenta? Pues ahí se ha quedado todo de momento…😢😢😢

Y digo de momento porque yo todavía creo en que lo que pasaba en los cuentos de hadas que leía de pequeña, puede suceder en la realidad…😊

Y ahí me tenéis, con la esperanza de que ese hombre vuelva a sorprenderme con otro de esos detalles maravillosos que mi Rose romántica confía en que va a llegar pronto, y con la convicción de que durante todo este tiempo no ha mostrado más detalles porque está preparando “EL DETALLE” para San Valentín…- Sí, Rose, debe ser eso!!!!!! -💃💃💃💃💃

 

A punto de llegar San Valentín y aquí estoy, preparada con mi corona de princesa, esperando a que mi príncipe azul llegue

 

Que sí, que sí, estaréis conmigo en que los cuentos de princesas han hecho mucho daño a las mujeres de nuestra generación:

nos enseñaron a esperar la llegada de nuestro “príncipe azul”, ese atractivo y potentado caballero que nos iba a proteger y a querer como nunca nadie lo ha hecho jamás, y que con un simple beso, nos iba a hacer suyas…

 

A ver, a ver… que sé que estáis sonriendo en este preciso momento ¡soñadoras! 😉😉😉😉


Pues sí, esa idea es maravillosa porque nos lleva a soñar, pero en realidad, esos “príncipes azules” no suelen abundar  


treboles-de-cuatro-hojas  

Además, la vida no es un cuento de hadas:  

si se te escapa un zapato a medianoche es porque estás borracha o porque te has pegado un resbalón de Dios que te ampare…

 

Y nada de esperar a seguir corriendo como si no te hubieses dado cuenta de que te has quedado sin un zapato (y encima de tacón!!!)….😂😂😂😂😂😂



probarte-un-zapato

 


Hoy en día lo que se lleva es que seamos nosotras las que cortejemos al hombre, y eso no es tarea fácil porque la competencia entre las damiselas es feroz y, mientras comienza el cortejo, ese supuesto “príncipe azul” empieza a desteñir conforme te vas acercando a él al darte cuenta de que tú no eres la única damisela a la que sonríe y le hace carantoñas…

Eso por no contar la de veces que un supuesto príncipe azul, que luego ha resultado ser “pitufo”, te entra diciéndote:

 

Soy tu príncipe azul, pero voy de incógnito ahora, así que escucha el cuento que te voy a contar…

 

Porque otra cosa no, pero mira que ahí mi amiga Blanche suele tener la razón en esta materia… Siempre me está diciendo:

 

Rose, deja de creer en príncipes azules, que esos siempre vienen llenos de cuentos y van cambiando de color hasta llegar al verde fosforescente, momento en el que comienzas a volverte daltónica y momento en el que, medio cegata por el fosforescente del susodicho, seguro que pasa tu príncipe azul y no puedes ver que es azul… Aggggggggggg…..y requeteagggggg

 

¿No os ha pasado alguna vez que, conforme van pasando los días, ese príncipe apuesto va pasando a ser un chico con “encanto” para terminar en alguien que no tenía nada que ver con la idea inicial de detallista y caballeroso?

Y mira que he intentado de todo para conseguir encontrar a ese príncipe que se fjie en mí, hasta hacerme pasar por una damisela… pero esta búsqueda me tiene ya agotada….

Menos mal que ahí es cuando mi conciencia racional me recuerda que

 

para Rose Apelton “Rendirse no es una opción”


así que me he decidido por poner el siguiente anuncio:  


princesa-con-el-corazon-para-pocas



Aun así, ¿sigo siendo una ilusa por pensar que un día llegará a mí ese hombre que esté deseando cortejarme, enamorarme, porque sea yo la única mujer del mundo mundial con la que quiere pasar su vida hasta el fin de sus días?

Espero vuestras sugerencias, comentarios y experiencias!!!

4

Amor online, Invierno


Wowwwwww….. tengo un notición que daros!!!!!📣📣📣

El otro día me sorprendieron por primera vez en mi vida con un detallazo que me dejó boquiabierta… con la literalidad de la palabra boquiabierta…. sí!!! No fue nada material, fue un simple gesto, pero a mis 40 años, nunca un hombre había hecho nada así por mí… ¡ Y me encantó!😍😍😍


En todas las relaciones que he tenido, la “detallista” siempre he sido yo, la que se ha currado todos los regalos de cumpleaños y de no cumpleaños, la que se ha emocionado pensando en cómo sorprender al susodicho para que, como dicen los expertos, “la chispa no se apague”… Ayayayyy que «máster» les daba yo a esos “expertos del amor”….


Hasta ese momento sólo había recibido detalles del tipo…


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Y es que eso de no estar acostumbrada a recibir cosas bonitas de ellos es lo que tiene, que

cuando un hombre decide ser diferente y sorprenderte, una se queda pensando ¡Aquí hay cámara oculta!…


hasta que se da cuenta de que no, de que ese detalle es sincero y no hay ni trampa ni cartón…


Pero es ahí entonces, en ese preciso momento, cuando mi Rose romántica se da cuenta de que eso que está pasando es real y va dedicado a mí, ¡sí, exclusivamente para mí!, cuando mi corazón empieza a latir con fuerza (¿sabéis de esa sensación de notar los latidos del corazón en tu cabeza? ¿es eso normal, verdad? 😂😂😂)


Entonces es cuando mi mente empieza a viajar al futuro pensando ¡Sí, Rose! ¡Este es el hombre de tu vida!💃💃💃 Y ese detalle que ha tenido contigo sólo es el inicio de todos los que va a seguir teniendo de aquí al infinito y más allá!!!!! ¡¡¡¡porque sí, porque él es así, detallista como nadie, un hombre de los que se desvive por ti!!


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Y, no siendo conscientes de que nuestra mente se nos está yendo de las manos, es cuando volamos hasta el momento de verlo como el padre de los hijos maravillosos que vamos a tener y que, por cierto, se portan como los ángeles de bien… Y nos visualizo como una pareja de viejecitos felices y ahí, pienso


“Rose, eso es maravilloso, porque los “expertos” dicen que si la idea de verte con él de viejecita te hace sonreír, es que es tu “media naranja”


Y ahí mi Rose enamoradiza se pone a pegar saltos por toda la casa, moviendo los brazos de arriba abajo hasta que la esquina de la mesa del salón la para en seco… ayyyyy….😖 
¡Lo que es la mente para estas cosas!! ¿no creéis?


De un detalle aislado, nosotras lo encumbramos y el damos el valor de un diamante (que lo tiene, sí), y pensamos que ese detalle es lo que caracteriza a esa persona y que es sólo la muestra de lo que ese hombre está dispuesto a hacer por nosotras… porque, otra cosa no, pero


ese mínimo detalle es capaz de volvernos locas de amor por él, aunque nunca antes haya tenido esa actitud con nosotras…


Con ese detalle, el físico deja de importarnos de golpe, porque lo vemos como el hombre más guapo del mundo; su forma de vestir nos parece “maravillosamente solucionable” y lo idealizamos cual “Adonis”… si ronca no nos importa, porque nos decimos a nosotras mismas que eso es porque a nuestro lado duerme tan a gusto que respira profundamente; que esas cosas con las que se le pegan los ojos al despertarse no son legañas, sino lágrimas pegadas de la emoción de haber dormido a nuestro lado..


Y ahí corremos el peligro de saltar de la cama para hacerle el desayuno y de empezar a organizar sorpresas para que siga tan encandilado con nosotras que su motivación para tener detalles con nosotras no decaiga.… Y nos volvemos a meter en la espiral de querer ser más detallistas que ellos….


Y en esas estoy ahora, intentando controlarme, diciéndome a mí misma, ¡Rose, tú quietecita esperando a ver si ese detalle lo calificamos de expediente X o no! Intentando quitar importancia a ese detalle para no iniciar un viaje que puede terminar en caída en picado al abismo de la realidad…


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Y es que las películas románticas y los cuentos de princesas han hecho mucho daño a las mujeres de mi generación (de eso hablaré en los próximos posts…)

¿Vosotras también sois detallistas al extremo con los susodichos que se cruzan en vuestro camino? ¿Han tenido con vosotras algún detalle que os ha sorprendido?


P.D. Al caballero que me sorprendió con ese detalle he de decirle que como continúe en esa línea, corre el peligro de que me prende locamente por él… porque si con un detalle mi mente ha viajado tan lejos, no sé qué puede pasar si esos detalles continúan y van a más…❤❤❤

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