Este corazón está en modo inventario…

corazón roto reparación
Dicen por ahí que si empiezas una relación con alguien que no ha superado su relación anterior, es como si te vistes de un amor usado… Y así he estado yo estas semanas… tratando de esperar ese tiempo necesario para no hilar una historia de amor con otra… porque la última vez que lo hice, al chico con el que estaba no paraba de llamarlo con el nombre del susodicho con el que acababa de romper… Y no veáis la vergüenza que me daba cuando, al darme cuenta de que había pronunciado un nombre que no era “en plena faena”, quería que la tierra me tragase al ver la cara de asombro que se le quedaba al chico en cuestión… ainsssss


Ahora mi Plan “A” es no ser el Plan “B” de nadie


El problema es que una nunca sabe cuánto es el tiempo que tiene que esperar entre relación y relación para que se considere “correcto” y que no mezcles cosas de unos con otro… aggggghhh

dejar de pensar en alguien

Así que –pensé – “Rose espera unos días antes de volver a la carga… Eso o busca a un chico con potencial para ser el hombre de tu vida que se llame igual que ese malo-malote que te ha dejado una huella tan imborrable… Y mira que ya sabías que eso te podía pasar… agggghhh”


Te lo dije

Cordialmente, tu intuición 😉

Pues ahí he estado, en modo “Inventario” con el cartel de “Este corazón no está en venta” colgado de mi pecho… – como dice mi bendita madre, a dramatismo no me gana nadie… jijijijij….- Y no sé si os pasa a vosotr@s, pero después de ese desengaño amoroso con el piratilla, no puedo parar de escuchar canciones ñoñas… De hecho, el pobre CD de Alex Ubago lo tengo ya rayado de tanto ponerlo… Y es que ¿qué haríamos sin esas canciones con cuya letra nos sentimos identificadas en cada momento? Ainsssss

Pobre Alex Ubago… a ese chico le ha pasado de todo en sus relaciones… Mira que no salirle una limpia… Creo que deberíamos invitarlo al grupo para que se desahogue con nosotras y vaya aprendiendo de todas nuestras experiencias, ¿no os parece?

recuerdos canciones memoria

Y parece que, después de romper con alguien, todo (absolutamente todo) te recuerda a él…parece que todo conspira para evitar que te olvides de él… los que pasan a tu alrededor ese día se han puesto el perfume que solía utilizar el susodicho, y en la radio no paran de sonar canciones de amor que te hacen recordar lo que puedo haber sido y ya no fue…

Olvidar el pasado no es lo difícil, sino dejar de acordarte del futuro que imaginaste… y recuperar el tiempo que le has dedicado…


y en la tele resulta que es temporada de películas románticas (¡¡Manda narices!!), esas que te provocan la lagrimilla porque al final siempre él se da cuenta de que ella es la mujer de su vida y se tira, si es preciso, al río, para ir a su encuentro (ella casualmente ese día ha decidido dar un paseo en barca… – como si dar un paseo en barca fuese lo más normal del mundo -) y él, calado de arriba abajo logra subir a la barquita con una facilidad pasmosa ¡¡¡como si hacer eso fuese fácil ¡!! …y se besan y todo se supone que, a partir de ahí, la felicidad está instalada para siempre jamás con ellos…. ¿Y cuando oyes su nombre por todas partes o lo ves en todos los rótulos y furgonetas que se te van cruzando? o parece que lo ves por todos los sitios a los que vas… Y ¿qué me decís de la cantidad de chocolate y otras variantes de dulces que nos da por comer para saciar ese vacío inmenso que se te queda cuando te han dejado o has tenido un desengaño amoroso?

mariposas en el estómago

Y es que es sorprendente el poder de la mente para permitir lo que no quieres admitir… porque sí, puede que nos haya dejado o puede que nos hayamos dado cuenta de que ese hombre no nos convenía en absoluto y nuestra parte racional lo sabe perfectamente… pero en esos   momentos lo único que tu parte visceral piensa es “Rose, ese chico, en el fondo, es maravilloso, sólo es cuestión de tiempo…., deberías hacer algo como:  

Pero, visto lo visto, al final al único al que le importa que tengas buen corazón es al cardiólogo… así que ahí he estado, en silencio estos días para ver si se me iba el “mono” de contactar de nuevo con el malo-malote… mientras buscaba chocolate por toda la casa y pedía al cielo que para la próxima vez me avise con una música especial que eche a correr conforme me cruce con otro chico que no me convenga en absoluto (como pasa en las pelis de miedo..)  

Y vosotr@s… ¿Qué hacéis cuando habéis tenido un desengaño amoroso? ¿Qué canciones escucháis? ¿Qué coméis? ¿Qué pensáis? ¿Qué pensarán ellos de esto del amor? ¿Nos echan de menos? ¿Se acuerdan de nosotras? ¿Habéis tenido relaciones con personas que tenían el mismo nombre?

                                                                                              ¡¡Espero vuestros comentarios!!

Especial San Valentín 2017

parte-i

¿Cómo empezar? Quizás con una canción…. A ver, a ver…. ¡Sí, la tengo!

La canción que mejor describiría lo que me pasó con, llamémosle, James Melenas, es esa de Rihanna “Not really sure how to feel about this”… Vamos, lo que en lenguaje llano del nuestro viene a ser “pero ¿¿¿qué coño ha pasado????

Os cuento para poneros en antecedentes… A ver… Conocí a James mientras hacía un curso en una escuela de negocios a la que él también iba pero para hacer un máster (eso ya me indicó que se trataba de un tío listo como él solo podía ser…😎)

En el momento en que nos cruzamos en medio de un caos de gente que estaba intentando llegar a su aula, algo en mí ya se quedó pillada en su mirada y, sobre todo, en su sonrisa… -aquí he de reconocer que se me cae la baba al recordar ese momento-, porque

¿sabéis de esa sonrisa brillante y perfecta que es capaz de fulminarte y tiene el efecto de dejarte con la boca abierta, y que pese a que eres consciente de que estás en esa pose absurda, no te es posible moverte (ni cerrar la boca)?😮

Bien, pues así me quedé yo – como diría Jesulín de Ubrique, en dos palabras, IM-PRESIONADA-. Fue como si el mundo se parase y ese gentío desapareciese de golpe para no existir nada más que él y yo….  Ainssssss qué bonito!!!!!!!!!!😍😍😍

Pero ayayay…. que James, al parecer, contaba ya con bastante experiencia en esto del arte de la seducción y era perfecto conocedor de lo que estaba pasando – ¡cómo para no reconocer que una chica con la que se había cruzado se había quedado embobada mirándolo boquiabierta y petrificada…😂😂😂

Y ahí estaba yo, tratando de recobrar la compostura e intentando dar órdenes a mi boca para que se cerrase so pena de morir asfixiada… Y, tras unos segundos que me parecieron horas, al final lo conseguí, ¡vaya si lo conseguí!, pero fue cuando mi Rose picarona empezó a decir

“Mira cómo te ha sonreído, te está comiendo con la mirada”

lanzate

Entonces me cargué de valor y le dije: Hola, ¿cuándo te viene bien que quedemos a tomar un café? A lo que él me respondió: Dame tu número de teléfono y te llamo para quedar…

Teniendo en cuenta que estábamos en una escuela de negocios, lo apropiado era entregarle una tarjeta de visita,

pero a mí lo que me apetecía era anotarle con rotulador permanente cada una de las nueve cifras que tiene mi número de móvil en alguna parte de su cuerpo… y, si me dejaba, le escribía hasta el prefijo internacional!!! Olé ahí!!!💃💃💃

Y así se quedó todo… El semestre iba pasando, las Navidades iban llegando y esa llamada nunca llegaba… Nuestras miradas se cruzaban en los pasillos cuando coincidíamos en los descansos entre clase y clase, y lo único que conseguía era una sonrisa suya acompañada de un “¡Hola! ¿Qué tal estás?” Y poco más…

Al cabo del tiempo me enteré de que estaba casado por segunda vez (pero no llevaba anillo, porque en ese detalle es en el primero que me fijo… Y tampoco tenía huella de habérselo quitado recientemente… 😉)

Otra cosa no, pero principios y reglas para con los hombres casados tengo unas cuantas… y la primera es la que mi amiga Marguerite siempre me recuerda:

corre-rose-corre

(la segunda es: Rose,

pero-que-haces-que-no-estas-corriendo

Así que ahí tuve mi primer fiasco… Fue como si una bocanada de aire gélido me golpease la boca con un ¡Zas en toda regla! tan fuerte que me pareció hasta que el suelo empezaba a temblar, o, al menos, esos quería yo, que se abriese el suelo y me tragase en ese mismo momento…

Y así quedó la cosa…

Hasta que un año más tarde estaba con mis amigas paseando y lo veo caminando por la acera de enfrente… Sin casi darme cuenta, me ví gritando su nombre en medio de todo el tráfico, como si un espíritu guerrero me hubiese poseído, y, dad por hecho que me oyó – igual que el resto de transeúntes que pasaban por nuestro lado en ese momento y que se pararon a mi alrededor creyendo que me estaba dando un ataque…😨😨😨

Y se volvió… Y, como no, sonrió… Me reconoció y me sonrió y, aunque era de noche, sus dientes empezaron a brillar de nuevo y su mirada a echar fuego de ese que quema… 😌 y volví a recordar lo que había sentido la primera vez que le conocí….

Fue como si el tiempo se parase en ese preciso momento, para mí y también para mis amigas… que se quedaron boquiabiertas ante la maravillosa sonrisa que surgía de un hombre esculturalmente guapo y que, pensaban, se dirigía a cada una de ellas directamente… (ahí descubrí que ese debía ser el efecto que causaba normalmente en todas las mujeres)

Pues bien, cruzó la calle y, esta vez con mirada asombrada, me comentó que se había estado acordando de mí todos esos meses que no nos habíamos visto y que, justo esa mañana había estado a punto de llamarme….

!menuda casualidad más maravillosa!! –me dijo-

Y yo, si hubiese sido helado, directamente me habría convertido en una taza de chocolate hirviendo, en ebullición..

Y me envió un mensaje por WhatsApp proponiéndome día y hora para quedar…. ¡siiiii!!!!!

En esos casos, cuando un hombre te ha pedido quedar, sigo los consejos de mis amigas Blanche y Marguerite, que me dicen

regla-numero-1-del-flirteo

Y así hice… Y como no quería que notase mi interés por él bajo ningún concepto, se me pasó un poco más del tiempo estimado… porque ahí estaba Rose, la dura más dura de todas las mujeres… ¡sí señor!!!

Mientras tanto, pude cotillear su foto de perfil de WhatsApp (aparecía él solo con una camisa blanca y morenísimo perdido… y solo ¿os lo he dicho?), pude ver si tenía cuenta de Facebook

mas-de-media-humanidad-moriremos

Y le respondí… Y al segundo de recibir el mensaje, me llamó directamente… Y me dijo

“Solamente quería preguntarte si te apetece tomar ese café hoy en vez de alargarlo más…»

Y yo me quedé sin palabras…

De mi garganta sólo salían sonidos irreconocibles que me hacían parecer una gallina clueca… Y él me preguntó: “¿Te pasa algo? ¿Estás afónica?”…


Y yo sólo quería decirle que “Sí, que nos veíamos hoy…” Pero mi Rose tímida brotó a la superficie cual flor en primavera… y ahí estuvo, haciéndose de notar durante unos segundos que me parecieron horas… Hasta que, al final, la Rose más valiente que llevo dentro consiguió nokearla y hacer que le fluyera la voz… Y fue así como pudimos quedar a una hora… él pasaba a recogerme… (¡menudo caballero! -pensé 😉-)

Continuará….