Historias de solteras, Invierno, Sexo

Singles day 2019

Parece que eso de estar solter@ está se ha puesto de moda ahora, y es una cosa objeto de celebración… con la carita de pena que nos ponían antes mientras decían ¡¡mira esa pobre, sigue todavía soltera!!

Eso dice mucho de las tendencias que vamos marcando y de cómo éstas nos influyen ya hasta en la forma de relacionarnos y en nuestros sentimientos…


Tengo la sensación de que esto del amor es como los cortes de pelo, vamos con la corriente que nos imponen… ¡¡Habrase visto!!.


Hoy en día, ya se da por hecho que el estado natural de una mujer es “soltera”, o, al menos, sin compromiso… y lo dan por hecho hasta los hombres, esos hombres que vemos como potenciales parejas, con los que nos cruza el guionista de nuestras vidas y que nos hacen sentir los bichos más raros del mundo cuando, en medio de una pseudo-relación con ellos, les decimos que nos gustaría poder vivir en pareja algún día, compartir hobbies, ratos de sofá mientras vemos una película juntos… y, quizás, poder tener hijos con ellos, o compartir los que ya se tengan…




Cuando les comentamos eso, es como si acabara de explotarles encima una bomba fétida: de repente, su cara se transforma y sueltan un “¡vaya! ¡me ha tocado la soltera rarita que quiere compromiso”.



Y ahí, en ese momento, el hada que llevas dentro se quiere esconder detrás de las cortinas y desaparecer, quiere borrar todos esos minutos y esas palabras pronunciadas y correr un tupido velo, porque te sientes la mujer más rara del mundo por querer un compromiso y un futuro con alguien…y lo que no nos damos cuenta es que el bicho rarito es el chico que te ha hecho sentir así, y, que somos unas afortunadas por no tener que comprometernos con ese espécimen de hombre que no quiere tener una joya como nosotras a su lado… pero, claro, para llegar a esa conclusión han tenido que pasar ratos de llantos desesperados, de charlas con amigas, de comer kilos de chocolate y hacer cosas que ni te planteabas, con tal de olvidarte de él y pasar página, reconociendo tu valía…



Y creo que es ahí de donde viene el “problema”, que, de tanto cruzarnos con especímenes raritos, empezamos a poner freno a lo que sentimos por el otro y nos volvemos más exigentes por puro instinto de supervivencia…


Pero eso de sentirse normal por estar soltera sin compromiso cambia cuando te cruzas con alguna amiga o con algún familiar en alguna celebración… No sé si habéis oído alguna vez estas palabras:


“¿Estás soltera?, ¡qué envidia! ¡con lo guapa y simpática que eres, no entiendo por qué estás soltera! ¡¡Eso es que debes de ser muy exigente!!”


Odio cuando alguien me dice eso… lo odio con toda mi alma…




Antes, mi Rose romántica, cuando oía eso, suspiraba y quería echar a correr, huir, o empezaba a rezar para que el suelo se abriese y se tragase a la susodicha (porque he descubierto que siempre son mujeres las que hacen este tipo de comentarios), pero ahora, a mis cuarenta y tantos años, ya estoy más curtida y, después de tropecientas caídas, he conseguido llegar a responder a la susodicha:


“Sí, gracias a Dios, cada día soy más exigente… porque ya no quiero migajas de hombres ni naranjas a medias… Si encuentro a un hombre, tiene que estar enterito, por dentro y por fuera, y, si no es así, prefiero quedarme soltera de por vida. Como dicen por ahí, seré la tía soltera y loca de la familia… “ 





Y ahora sí, ahora la susodicha es la que se quiere esconder, porque empieza a replantearse su vida sentimental –no he dicho que, normalmente, este tipo de comentarios los suelen hacer mujeres emparejadas desde hace años, que aparentan mantener una relación feliz y estable, a las que te dan ganas de decir:


«Sí, yo estoy soltera, pero tú, ¿por qué sigues con tu pareja si no eres feliz? ¿Es que no has sido tan exigente como deberías? Ay ay ay…. -.



Y, después
de mi respuesta, miran hacia el suelo, se recomponen e inmediatamente suelen reaccionar con un


¡¡Qué suerte poder hacer lo que quieras sin tener que dar explicaciones a nadie!! ¡¡qué suerte llegar a casa y tener el sofá para ti sola!! …


Y eso me hace pensar que, al parecer, es como si ellas no pudiesen disponer de un día para hacer lo que quieran, para repantigarse en el sofá y desconectar del mundo… Si eso es imposible hacer teniendo pareja, definitivamente prefiero quedarme soltera de por vida… porque, entonces, no tendrá sentido renunciar a tu espacio, a tus necesidades, sólo por estar “conviviendo” con otra persona con la que te unen unas pocas cosas más…




¿Qué podemos hacer para que la gente se permita así misma enamorarse sin poner freno a sus sentimientos, para que los deje fluir libre y abiertamente, y podamos disfrutar de cada segundo de esa maravillosa sensación que supone estar a gusto al lado de alguien, sin miedos, sin bloqueos?

¿Cómo podemos reivindicar que comprometerse y vivir en pareja con exclusividad, con alguien con quien planeas un futuro a su lado, también está de moda?

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